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Pazo de Señorans, más de 30 años elaborando grandes albariños de guarda

Una imponente propiedad del siglo XVI, un puñado de viñedos y  mucho esfuerzo. Así es como comenzó la historia de uno de los albariños más destacados por la crítica nacional e internacional

20 dic 2020 . Actualizado a las 11:19 h.

Viticultores desde 1979, la familia Mareque Bueno llega a Pazo de Señorans, donde ya se cultivaba la variedad albariño, creciendo sobre suelos graníticos en descomposición. Juntos, comienzan elaborando vino para su propio consumo. No tardaron en darse cuenta que el camino era elaborar para compartir el encanto del pazo con los consumidores a través de sus vinos, y ese fue el comienzo de una nueva andadura que ha llevado a la bodega a cumplir ya tres décadas. Lo que comenzaron siendo 7.000 botellas de vino en 1989 y más tarde, 10.000, son ahora alrededor de 280.000 de una bodega cuyas marcas son aval de calidad, aquí y en los mercados internacionales.

Los blancos de Pazo de Señorans son la prueba más evidente para comprobar la calidad albariño como materia prima de vinos de guarda. Fue el lanzamiento de su primer Selección de Añada, de la cosecha 1995, el que abrió un camino sin retorno hacia otra forma de interpretar el albariño. Un vino que al principio fue incomprendido pero que encontró su sitio entre los grandes blancos que se han elaborado en el país, teniendo un gran reconocimiento nacional e internacional con 99 puntos recientemente recibidos por la guía Peñín y la medalla Platinum en los premios Decanter de Reino Unido y Asia.

Además de sus vinos, Pazo de Señorans elabora sus muy queridos aguardientes, destilados en potas de cobre a la manera tradicional con fuego directo, que han recibido recientemente el premio al mejor orujo de Galicia, manteniendo su posición como la destilería más premiada.