Una quenlla con premio

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

IEO

Un marinero de un palangrero gallego fue agraciado con la lotería que la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat) organiza con las marcas recuperadas y entregadas a los científicos

10 nov 2022 . Actualizado a las 11:28 h.

La pandemia tuvo dos años sin girar el bombo de la Iccat (Comisión para la Conservación del Atún Atlántico). Pero como otras muchas cosas, este acicate a la ciencia ciudadana también ha recuperado la senda de la normalidad. Y esa normalidad ha traído antiguos hábitos. Como el de qe la suerte recaiga en un gallego. Aunque quizá más que cuestión de azar lo es de estadística, pues, según el Departamento de Túnidos y Especies Afines del Centro Oceanográfico de A Coruña (IEO-CSIC), la flota de palangre de superficie gallega mantiene una activa colaboración y ha aportado 127 recapturas,

En esta ocasión ha sido el tripulante de un espadero gallego el que resultó agraciado con los 500 euros del premio en metálico que sortea la organización regional de pesca (ORP) entre todas las marcas recuperadas.

La que entregó este marinero a través del programa de marcado del Instituto Español de Oceanografía (IEO) la llevaba una quenlla (también conocida por tiburón azul o tintorera) y había sido colocada por científicos del National Marine Fisheries Service (EE.UU).

La tintorera (Prionace glauca) encontrada había sido marcada en junio del 2018 y liberada en el Atlántico (en la posición 39º57’ Norte  072º53’ Oeste) cuando medía aproximadamente 183 centímetros de longitud entre la mandíbula y la horquilla de la aleta caudal. El ejemplar, un macho, se pescó un año después  (en la posición 39º58’ Norte  041º24’ Oeste) y había alcanzado los 190 centímetros tras 370 días en libertad. Durante el tiempo que nadó libremente, la distancia en línea recta entre el punto de marcado y el de recaptura fue de unas 1.441 millas náuticas hacia el este.

El marcado científico, basado en las acciones de ciencia colaborativa, es una valiosa fuente de información sobre la migración, rutas, crecimiento y otros parámetros biológicos lo que hace tan valioso un buen funcionamiento del programa de marcado; de ahí que la colaboración de los pescadores con la ciencia sea esencial, explican los científicos. Por ello, «esperamos que este premio otorgado otro año más a un pescador gallego continúe animando a la flota a mantener su colaboración con la ciencia y en particular con el equipo de túnidos y especies afines del IEO de A Coruña, participación en ciencia ciudadana que esta flota ha mantenido durante más de tres décadas con este equipo en varios campos del conocimiento y que ha dado grandes resultados», explican en un comunicado.