Es una promesa ambiciosa, pues el dinero público que España aporta al sistema de investigación y desarrollo ronda hoy el 0,58% del PIB. Si el Estado cumple y los inversores y empresas privadas mejoran en consonancia su escuálida aportación actual, la investigación y la ciencia españolas deberían recibir en 2030 una financiación del 3 % del PIB entre fondos públicos y privados. El mismo porcentaje al que aspiran los principales socios europeos.
Contratos indefinidos
Crea un contrato indefinido para científicos, gestores y técnicos de grupos o proyectos de investigación que cuentan con financiación externa o ayudas oficiales obtenidas en concursos. No depende de los topes de la oferta pública, pueden optar licenciados, máster, técnicos superiores y doctores, y deben adjudicarse por mérito y capacidad. Beneficiarán a miles de investigadores que hoy viven con la incertidumbre de encadenar durante años contratos temporales o de obra y servicio.