Científicos hallan una proteína que frena la pérdida de memoria asociada al envejecimiento

La Voz REDACCIÓN

CIENCIA

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Por primera vez se desvela el mecanismo que relaciona el deterioro cognitivo con el avance de la edad

11 may 2022 . Actualizado a las 20:27 h.

Uno de los efectos asociados naturalmente al avance de la edad es la pérdida de la memoria. Sin embargo, la ciencia acaba de descubrir una proteína que podría actuar frenando este deterioro cerebral. Un artículo publicado este miércoles en la revista Nature basado en un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Standford sostiene que se si inyecta un tipo concreto de proteína, la FGF17, en la región del hipocampo, donde el cerebro gestiona la actividad relacionada con la memoria y el aprendizaje, es posible mejorar la capacidad para registrar y recordar. 

Si bien es cierto que el estudio se ha realizado con ratones, los autores sostienen que la técnica puede usarse también en seres humanos. Los científicos responsables de este trabajo subrayan que la importancia reside en que por primera vez se ha podido conocer el mecanismo que conecta el proceso de envejecimiento con el deterioro de la memoria. Y no solo eso, también ofrece una solución para frenarlo. «Estos hallazgos identifican a FGF17 como un objetivo clave para restaurar la función de los oligodendrocitos en el cerebro que envejece», apuntan. Eso sí, los propios investigadores que reconocen que se trata de un avance muy importante descartan de momento que pueda tener una aplicación práctica en forma de fármaco.

El descubrimiento ha sido posible a partir de la idea de que el cerebro humano está recubierto por el llamado líquido cefalorraquídeo, que aporta la cantidad necesaria de proteínas para su correcto funcionamiento, sufre modificaciones a medida que pasan los años. Según los autores la degradación del líquido sería la causa de la pérdida de progresiva de la memoria.

Tras aportar FGF17 en el cerebro de ratones viejos (18 meses) se pudo comprobar que las células precursoras de oligodendrocitos volvían a estar en funcionamiento y se restauraba la memoria. Y también se comprobó el efecto contrario, ya que que el inhibir la FGF17 en ratones jóvenes (10 semanas), estos sufrieron perdida de la memoria. 

«El estudio no solo implica que el Fgf17 tiene potencial como diana terapéutica, sino que también sugiere que las vías de administración de fármacos que permiten que las terapias accedan directamente al líquido cefalorraquídeo podrían ser beneficiosas en el tratamiento de la demencia», escriben las investigadoras Miriam Zawadzki y Maria Lehtinen en un comentario adjunto al artículo de Nature