Tras aportar FGF17 en el cerebro de ratones viejos (18 meses) se pudo comprobar que las células precursoras de oligodendrocitos volvían a estar en funcionamiento y se restauraba la memoria. Y también se comprobó el efecto contrario, ya que que el inhibir la FGF17 en ratones jóvenes (10 semanas), estos sufrieron perdida de la memoria.
«El estudio no solo implica que el Fgf17 tiene potencial como diana terapéutica, sino que también sugiere que las vías de administración de fármacos que permiten que las terapias accedan directamente al líquido cefalorraquídeo podrían ser beneficiosas en el tratamiento de la demencia», escriben las investigadoras Miriam Zawadzki y Maria Lehtinen en un comentario adjunto al artículo de Nature.