María Mayán: «A mi Ratita Presumida no viene a salvarla ningún ratón macho»

Loreto Silvoso
LORETO SILVOSO A CORUÑA / LA VOZ

CIENCIA

ANGEL MANSO

La científica aboga por «combatir los estereotipos» de los cuentos y los juguetes

03 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué hace una prestigiosa investigadora hablando de La ratita presumida en una tienda de Nanos? Hasta el fotógrafo llega desconcertado a la cita. «Desde la firma de moda infantil me propusieron darle una vuelta al cuento clásico», explica María Mayán. Aunque la sociedad ha cambiado, quedan muchos techos de cristal. Por eso aceptó. «Estamos perdiendo talento por culpa del género y debemos hacer las carreras científicas más atractivas para las niñas», argumenta.

-Como para desperdiciar talento.

-Se trata de combatir los estereotipos que hay en los cuentos tradicionales, porque, al final, son patrones que imitan niños y niñas.

-¿Por qué escogió este cuento?

-La ratita es una niña que está barriendo (rol femenino) y encuentra una moneda (no la gana). Se compra un lacito, se pone guapa y le surgen un montón de pretendientes. Como no los acepta porque se vuelve soberbia, se la castiga por no ser sumisa y se deja embaucar por un mal gato. Además, al final, no se salva ella, sino un ratón (rol masculino).

-Vale, actualicemos el cuento. ¿Su ratita es presumida o no?

-Mi ratita es independiente, inteligente y no viene ningún ratón macho a salvarla, se salva solita. Además, si comete errores, no pasa nada. Es creativa, líder, se lo ha currado, toma sus propias decisiones y sabe buscarse la vida.

-No se la va a comer el gato ni va a venir el ratón a salvarla.

-Eso es. Todo tiene solución. Y las palabras son muy importantes. En el cuento se dice que la ratita «es muy cuidadosa». Pues es mejor decir «es ingeniosa». No tenemos por qué vincularla a los cuidados. En un estudio publicado en la revista Science vieron que las niñas a partir de los 6 años, debido a los prejuicios que tenemos, empiezan a asociar las ideas brillantes con el género masculino.

-¿Se empiezan a ver menos capaces desde esa edad?

-Sí, y encima, según este estudio, eran ellas las que mejores notas sacaban en las carreras STEM.

-Ellas eran brillantes.

-Sí, ¡pero no se lo creían!

-¿Qué estamos haciendo mal?

-Educamos con ese sesgo. A las niñas deberíamos regalarles más robots, y a los niños, muñecas.

-¿A usted qué le decían de pequeña: qué guapa o qué lista?

-Qué trabajadora. A una niña, si tiene buenas notas, se le dice que es trabajadora, mientras que a un niño se le dice que es muy inteligente.

Una versión que empodera: Su Ratita Presumida no necesita un ratón que la salve al final del cuento, sino que es una líder valiente que toma sus propias decisiones.

Un buen consejo: «Cuando a mi hija le leo un cuento infantil clásico, trato de explicárselo, de ponerlo en contexto», explica Mayán.

«Por ser mujer he tenido que esforzarme mucho más para llegar»

Fomentar la igualdad y despertar vocaciones científicas. Estos son los objetivos por los que Nanos propuso a la investigadora María Mayán y a la ilustradora y escritora Erica Esmorís versionar el cuento La ratita presumida, que se presentó el pasado viernes en su tienda de Juan Flórez. La empresa coruñesa de moda infantil permite su descarga, previo registro, en su página web.

-María, ¿una princesa puede ser también una magnífica científica?

-Sí, pero con más educación en igualdad y con más referentes. Si tú no conoces a una astronauta, no te vas a sentir identificada con esa carrera.

-¿El techo de cristal de la ciencia empieza en la infancia?

-Empieza ahí, con los prejuicios que les transmitimos. Y otro techo de cristal son las cargas familiares. Hay estudios que demuestran que la forma más efectiva de dejar una carrera científica es ser madre y mujer.

-Hay muchas mujeres investigando pero pocas mandando.

-Sí, es que más del 70 % de los catedráticos y profesores de investigación son hombres.

-¿Y no hay avances?

-Hemos ido para atrás. Antes la gráfica tijera se empezaba a cortar a partir de la etapa posdoctoral. Pues ahora ya tenemos menos mujeres en la predoctoral.

-Sin embargo, los «gobiernos feministas» son tendencia en este momento.

-Sí, pero las medidas que toman son más estéticas que otra cosa. Les da reparo que en una foto no aparezca una mujer, pero no veo que el tema esté encaminado.

-¿A usted le ha costado llegar?

-Ahora tenemos la ley Ángeles Alvariño, pero yo no pude coger mi maternidad a tiempo completo porque si no me penalizaría. Por ser mujer he tenido que esforzarme mucho más para estar donde estoy.