Las noches calurosas por encima de los 20 grados incrementan la mortalidad

redacción LA VOZ

CIENCIA

Bañistas en la playa de Samil durante una ola de calor nocturna
Bañistas en la playa de Samil durante una ola de calor nocturna Alejandro

Un estudio internacional coordinado desde la USC revela que el exceso de fallecimientos fue de un 26 % en Madrid o de un 14 % en Bilbao cuando se alcanzaron temperaturas nocturnas excesivas

08 jun 2021 . Actualizado a las 13:38 h.

Que las olas de calor incrementan la mortalidad y que este problema se verá agravado en las próximas décadas a consecuencia del cambio climático es algo que han constatado numerosos estudios científicos. Pero ninguno hasta ahora se ha detenido en qué ocurre con las altas temperaturas durante la noche. ¿Son un factor de riesgo por sí mismas?, ¿aumentan también la mortalidad?, ¿en qué medida? La respuesta la acaba de ofrecer un estudio internacional, publicado en la revista científica Epidemiology, coordinado por el investigador de la Universidade de Santiago Dominic Royé. La conclusión es, cuando menos, reveladora: el calor nocturno excesivo constituye por sí solo una causa directa de mortalidad, al margen de lo que ocurre el resto del día.

El trabajo, en el que se aborda por primera vez el influjo de estas variables en la mortalidad del sur de Europa, recoge datos de once ciudades ubicadas en España, Portugal, Francia e Italia. En el caso español, el estudio detecta que entre los años 2001 y 2014 las elevadas temperaturas nocturnas incrementaron la mortalidad en un 26 % en Madrid; en un 14 % en Bilbao; en un 13 % en Sevilla y en un 6 % en Barcelona.

Pero, ¿por qué existe este riesgo? Porque las altas temperaturas nocturnas pueden producir un «estrés térmico prolongado», factor que se ve agravado «al impedir que el cuerpo descanse durante la noche», explica el climatólogo y geógrafo físico Dominic Royé, quien también advierte que «el impacto del entorno térmico sobre la salud, la calidad de vida y el rendimiento de las personas es uno de los problemas de salud pública vinculados al cambio climático global, más delicado».

Los aspectos en los que más inciden las noches calurosas son el sueño y el descanso. «El calor puede provocar alteración y privación del sueño debido a los procesos necesarios de termorregulación», apunta Royé.

Y, ¿a partir de qué temperatura comienza el riesgo? El estudio encontró evidencias de que la mortalidad diaria está asociada a temperaturas nocturnas calurosas por encima de los 20 grados centígrados y, en menor medida, a la duración de esas noches calurosas. Al menos es la constante que se ha observado en todos los países analizados. «Es importante resaltar -dice Royé- que el efecto nocturno sobre la mortalidad es independiente de las temperaturas diurnas». En concreto se demostró que los valores altos de noche calurosa están asociados a un aumento de la mortalidad por causa específica.

El mayor riesgo se observó en Portugal, con un aumento de la mortalidad el 37 % en noches de excesiva de temperatura, mientras que el menor se ha registrado en Francia, con un 12 %. Los investigadores detectaron un aumento del 17 % en ciudades como Niza y del 17 % en Toulouse.

En cuanto a los resultados relativos al influjo de la duración de la noche calurosa, en Portugal se observó un incremento del riesgo del 29 % debido a este factor. Esta variable, sin embargo, se redujo a un 7 % en Roma; a un 8 % en Barcelona y aun 12 % en Madrid. Los resultados del estudio proporcionan una mejor comprensión de la salud nocturna y pueden ayudar a mejorar los sistemas de alerta de calor dirigidos a la población, aunque también puede ayudar a que las personas individuales tomen precauciones en noches por encima de los 20 grados.

En Galicia, las noches tropicales son menos frecuentes que en otros puntos de España y Europa del Sur, pero cada vez son menos excepcionales. Y no hay que olvidar que en años especialmente calurosos, como los de 1981 o el 2003, en ciudades como Vigo y Ourense llegaron a registrarse entre 10 y 12 noches con temperaturas por encima de los 20 grados. Fue algo excepcional, pero que habrá que tener en cuenta de cara al futuro.