¿Dónde acaban los contaminantes de las zonas mineras abandonadas?

La Voz

CIENCIA

Minero en el Pozo Carrio
Minero en el Pozo Carrio

Científicos han desarrollado un modelo para predecir las rutas principales de transferencia de contaminantes

20 nov 2020 . Actualizado a las 17:31 h.

La larga tradición minera de España le ha permitido abastecerse de recursos minerales y generar riqueza durante siglos, pero el desconocimiento y la falta de legislación han hecho que en la actualidad existan muchos lugares que son potenciales fuentes de contaminación con residuos que pueden llegar hasta el entorno natural.

Se estima que en nuestro país hay unas 1.000 balsas y presas de residuos, la mitad de ellas abandonadas, lugares desde los que las sustancias contaminantes pueden migrar hacia los ecosistemas que los rodean.

Así, cuando los depósitos están en zonas escarpadas y próximas a posibles receptores ambientales como corrientes de agua superficial es importante analizar hacia dónde migran esas partículas de suelo cuando llueve, especialmente, si se considera que el cambio climático aumentará los fenómenos meteorológicos extremos y las lluvias torrenciales.

En este contexto, científicos del grupo de investigación de la Prospección y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han desarrollado un modelo para predecir las rutas principales de transferencia de contaminantes por transporte superficial.

Para ello, programaron un autómata celular que, a partir de un modelo digital de elevaciones, calcula la probabilidad de que un punto a menor cota reciba agua o partículas de suelo de la zona fuente.

La predicción del modelo se validó, en colaboración con el grupo ISYMA de la Universidad de Oviedo, con datos geoquímicos de un emplazamiento afectado por actividades mineras abandonadas detalla la UPM en una nota.

Para ello, se tomaron muestras de suelo, sedimentos y aguas superficiales (correspondientes a un arroyo y río receptores) en el entorno de una antigua explotación minera para la extracción de cobre y cobalto, tras un episodio de lluvia torrencial.

Los análisis de las muestras indicaron que existe un proceso de acumulación de elementos traza integrado en el tiempo (principalmente en los suelos y sedimentos) y que, en la confluencia de los cursos fluviales, se produce un aporte del arroyo al río de los principales elementos asociados con los residuos mineros.

También permitieron identificar espacialmente el principal punto de descarga superficial de contaminantes al arroyo.

«El modelo desarrollado podría servir para predecir las rutas de migración superficiales y los puntos de transferencia de contaminantes, de forma que se pueda determinar la localización óptima para aplicar medidas de contención de la contaminación y proteger así los núcleos de población y ecosistemas próximos a zonas de con residuos», explica el investigador de la UPM y coautor del estudio, Fernando Barrio.