Estudian cómo las embrionarias generan el resto de las células del organismo
16 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Las células madre son una herramienta muy prometedora en el campo de la biomedicina en general y en la regeneradora en concreto. La revolución llegó cuando se descubrió que es posible utilizar células embrionarias para tratar diferentes enfermedades, desde una paraplejia, un cáncer y una ceguera «Ya existen ensayos clínicos que son capaces de recuperar la vista en pacientes ciegos. La aplicación médica tiene muchas posibilidades. El problema es que son tan poderosas que se pueden descontrolar y dar lugar a tumores. Por tanto existe un riesgo importante que está limitando el desarrollo de esta tecnología médica», reconoce Miguel Fidalgo, investigador del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas de la USC. «Esto pone de manifiesto la importancia de la ciencia. Necesitamos conocer cómo funcionan antes de pensar en una aplicación», añade.
Investigadores gallegos del Cimus que estudian los mecanismos moleculares básicos de las células madre han relacionado por primera vez su comportamiento con los llamados ritmos circadianos, que existe en todos los seres vivos y que en el caso de los humanos sigue un ciclo de 24 horas que marcan el día y la noche y que se canaliza a través de la vista y el cerebro. «También se ha descubierto que este reloj biológico funciona en todas las células y que es muy importante para que funcionen bien. Si este ciclo circadiano falla aparecen alteraciones y generar cáncer, obesidad, diabetes, y trastornos psicológicos», sostiene Fidalgo.
Lo que se ha descubierto es que estos ritmos existen en las células madres adultas, pero no en las embrionarias, que darán lugar al resto de células que conforman el organismo y la gran pregunta que los científicos gallegos están tratando de averiguar es por qué. «Lo que nosotros hemos descubierto es que esta maquinaria circadiana no es esencial para estas células pero sí para que puedan producir el resto que hay en el cuerpo humano. Esto nos permite avanzar en el conocimiento de esta ciencia tan prometedora», concluye.