Ángeles Balseiro: «En la adolescencia las niñas se alejan de la ciencia y el deporte por patrones sociales»

CIENCIA

Alumnos del bachillerato de excelencia Stembach del IES María Casares de Oleiros. «No tienen por qué ser los más brillantes, son alumnos curiosos, inquietos y con ganas de saber», explica la directora.
Alumnos del bachillerato de excelencia Stembach del IES María Casares de Oleiros. «No tienen por qué ser los más brillantes, son alumnos curiosos, inquietos y con ganas de saber», explica la directora.

Profesora de lengua castellana, dirige el IES María Casares de Oleiros, uno de los 31 institutos de Galicia que imparten el bachillerato de excelencia Stembach

18 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay quejas materiales, dice Ángeles Balseiro. No porque el instituto que dirige se encuentre en el municipio con la renta más alta de Galicia. El IES María Casares se abrió hace 27 años y aprovechó un adelanto de la Logse que permitió implantar desde el principio un ciclo de FP, que de algún modo fue germen de todo lo que pasó después y de la buena dotación tecnológica de la que dispone para sus cerca de 650 alumnos y los tres bachilleratos que imparte.

Del María Casares nació esta primavera una iniciativa que desafió a los chavales a estar al menos 48 horas hablando gallego: el 30 % aceptaron el convite. El instituto tiene club de ciencia y club de letras, sesiones de zumba o baloncesto en el recreo, y el año pasado recibieron autorización para impartir el bachillerato de excelencia Stembach, que ofrecen 31 centros de Galicia. La primera promoción está en segundo. «Nos está reportando muchas alegrías, nos han dado un premio por un proyecto de simulador de acelerador de partículas, con 500 euros para ponerlo en marcha». El Stembach, un programa puente entre bachillerato y universidad, está tutorizado por profesores universitarios, con una materia extracurricular (Introducción al trabajo científico I y II), y se cierra con - un trabajo escrito que el alumno debe defender ante un tribunal.

«No son brillantes, a veces las mejores notas no dan los mejores científicos, son niños inquietos, curiosos, con ganas de saber». ¿Y las niñas? «En secundaria son las mejores, igual de inteligentes, pero más constantes, más sacrificadas, ordenadas. Se separan de la ciencia y del deporte -apunta Balseiro- y creo que es por patrones sociales de los que no son conscientes y de los que nos está costando mucho desprendernos. Pero los peldaños están puestos».