¿Y si escuchamos a la ciencia?

Manuel A. Giráldez OPINIÓN MANUEL AVELINO GIRÁLDEZ

CIENCIA

27 oct 2019 . Actualizado a las 05:06 h.

El conocimiento científico en los campos de la educación física y deportiva y de la actividad física y la salud, al que modestamente contribuimos desde nuestra facultad, ha experimentado un crecimiento espectacular desde mediados del siglo XX. ¿Qué cambiaría si nuestras decisiones lo tuviesen en cuenta?

Superaríamos los currículos educativos basados en la concepción dualista del ser humano (mente y cuerpo como entidades independientes) y transitaríamos desde una educación casi exclusivamente «mental» hacia otra más integral, con al menos tanto protagonismo de una dimensión «física y deportiva» más inclusiva y socialmente enriquecedora. Las y los escolares gozarían de una motricidad más rica, mejor condición física y más salud, se sentirían más competentes y alcanzarían mayor rendimiento cognitivo y académico.

Disfrutaríamos más nuestro entorno natural, rediseñaríamos el construido y organizaríamos nuestras vidas para que todas las personas tuviesen las mismas oportunidades de adoptar hábitos de vida más activos, participativos y sostenibles. Integraríamos en el sistema sanitario la evaluación de la actividad y la condición físicas de sus usuarios y les prescribiríamos ejercicio para aprovechar su elevado potencial preventivo y terapéutico.

Decidir según la evidencia científica nos ayudaría a reducir las enormes cargas, personales y sociales, provocadas por las enfermedades crónicas y la dependencia, atribuibles al sedentarismo, y permitiría a la ciudadanía disfrutar de una vida más plena, sana y longeva, con más igualdad, más integración social y mayor felicidad.

Por suerte, contamos con profesionales de las ciencias de la actividad física y del deporte competentes para desarrollar con eficacia estas propuestas, en beneficio de la sociedad que aportó los recursos para su formación.