Manuel Carreiras: «Seguimos sin encontrar la ventaja del bilingüismo para el cerebro»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN | LA VOZ

CIENCIA

Carlos Castro

El psicólogo lucense acaba de ser distinguido con el Premio Nacional de Investigación

11 jul 2019 . Actualizado a las 08:49 h.

Cuando el Gobierno vasco fichó hace diez años al psicólogo y neurocientífico gallego Manuel Carreiras (Castro Ribeiras de Lea-Lugo 1959) le encomendó una misión: crear el Basque Center on Cognition, Brain and Language y convertirlo en un centro de referencia internacional. Hoy ya lo es, un trabajo que le ha servido para ser reconocido con uno de los premios nacionales de Investigación, convocados por el Ministerio de Ciencia y dotados con 30.000 euros en cada especialidad. En su caso le ha correspondido el galardón Pascual Madoz de Derecho y Ciencias Económicas y Sociales por ser «una referencia internacional en el campo del procesamiento del lenguaje, en el ámbito de la psicología experimental». El jurado también destaca su «capacidad para crear grupos de excelencia y de transferencia de conocimiento. Su trabajo posee un interés e impacto social extraordinario».

-¿Se lo esperaba?

-No, no lo esperaba. Fue algo que me cogió por sorpresa, porque no contaba con ello tan pronto y de repente. Además en un campo tan amplio de Ciencias Sociales, con gente de Sociología, Economía y Derecho, en el que también está la Psicología.

-Usted trabaja, entre otros campos, en el bilingüismo. Hace tiempo me dijo que no suponía una ventaja especial para el cerebro. ¿Sigue sin encontrarla?

-Sí. Seguimos trabajando con la ventaja bilingüe y seguimos sin encontrarla. Ser bilingüe supone muchas ventajas, ya que te ofrece acceso a un mercado de trabajo mucho más amplio, te permite comunicarte con mucha gente, acceder a otras culturas... Es fantástico, pero la hipótesis de que ser bilingüe te ofrece una ventaja relacionada con un desarrollo mayor de las funciones ejecutivas del cerebro, pues no la hemos encontrado. El bilingüismo no es bueno ni malo para el cerebro, no le supone una ventaja especial.

-Ahora se sabe que la plasticidad del cerebro no acaba en la infancia. ¿Significa esto, por ejemplo, que cualquier edad es buena para aprender un idioma?

-Cualquier edad es buena para aprender un idioma, pero lo que no vas es a aprenderlo de la misma forma, porque los mecanismos cerebrales son distintos cuando eres joven y cuando eres adulto. Es algo que hemos demostrado nosotros y sobre lo que tenemos evidencia. Pero qué duda cabe de que hoy en día se sabe que la plasticidad cerebral no es como antes, en que se pensaba que a partir de los siete años desaparecía. No lo hace, aunque es cierto que disminuye.

-También trabaja en la lectura. ¿Aprender a leer antes supone alguna ventaja?

-Sin lugar a dudas que leer es una gran actividad para estimular el cerebro. Aquí aprendemos a leer a los 5 o 6 años, pero si hacerlo antes supone una ventaja es algo que desconozco. En Suiza, donde los niños aprenden a los 7 años, hicieron un experimento en el que no se observaban diferencias con niños que lo hacían antes.

-Pero lo que parece claro es que al cerebro hay que estimularlo.

-Sí, a cualquier edad. El cerebro es como un músculo y hay que practicar con él. Y hay muchas actividades para poder hacerlo, mismo jugar al tute.

-Se habla mucho de aplicar la neurociencia a la educación para mejorar el rendimiento. ¿Se puede mejorar la educación a través del conocimiento del cerebro?

-Estas cosas hay que tomarlas con cautela. No vamos aplicar directamente los hallazgos de la neurociencia a la educación. Hay experimentos que pueden hacerse. De hecho, nosotros estamos viento qué método de lectura sería el más adecuado teniendo en cuenta una serie de medidas. También puede ayudar a chicos con necesidades educativas específicas, como los que tienen dislexia. Podría incluso ayudar a que en un futuro haya una enseñanza mucho más personalizada, pero la neurociencia nunca va a suplantar a la educación.

-Lleva 10 años en el País Vasco. ¿Si surge una oferta se plantearía regresar a Galicia o aún tiene otros desafíos por delante?

-En diez años hemos creado un centro de la nada y lo convertimos en un referente mundial, pero aquí aún nos quedan muchas cosas por hacer y tenemos ganas de hacerlas. Si llegara alguna oferta de Galicia tendría que suponerme un desafío importantísimo como para hacerme cambiar de opinión. Pero no creo que haya posibilidad de volver.

 

Valentín Fuster, Ángela Nieto, Susana Marcos y Mercedes García, otros premiados

  

Junto con el gallego Manuel Carreiras también ganaron los premios nacionales de investigación, en sus distintas categorías, el cardiólogo Valentín Fuster; la bioquímica Ángela Nieto Toledano; la física Susana Marcos Celestino; y la experta en estudios árabes Mercedes García-Arenal.

Estos galardones distinguen el mérito de investigadores españoles que realizan «una labor destacada en campos científicos de relevancia internacional y que contribuyan excepcionalmente al avance de la ciencia, la transferencia de la tecnología y al progreso de la Humanidad».

Fuster (Barcelona, 1943) recibe el Premio Nacional Gregorio Marañón de Medicina por «sus enormes aportaciones a la investigación, a la prevención y al diagnóstico y tratamiento de la patología cardiovascular. El Premio Santiago Ramón y Cajal de Biología fue para Nieto (Madrid 1960), pionera en el estudio de la transición epitelio-mesénquima, un proceso trascendente en la comprensión del origen del cáncer y las enfermedades degenerativas del envejecimiento. Su «relevante trayectoria científica y su gran reconocimiento internacional», le ha valido la distinción.

Las «contribuciones pioneras» de Susana Marcos Celestino (Salamanca, 1970) a la ingeniería óptica y fotónica, y al desarrollo industrial de instrumentos de diagnóstico y corrección en oftalmología, que «han beneficiado a miles de pacientes», fueron merecedoras del Premio Nacional Leonardo Torres Quevedo.

El Ramón Menéndez Pidal de Humanidades fue para María García-Arenal (Madrid, 1950) por sus estudios sobre minorías religiosas en la Edad Moderna de la Península Ibérica y el Mediterráneo. «Su trabajo es de gran importancia para entender la Europa contemporánea, concretamente las grandes religiones», dice el jurado.