Los premios de ciencia discriminan a la mujer: menos cantidad y menos dinero

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

Un análisis de «Nature» revela una gran brecha de género en la concesión de galardones

14 oct 2019 . Actualizado a las 18:54 h.

Menos dinero, menos proyección social, menos visibilidad para el desarrollo de su carrera y muchos menos galardones y de menor relevancia. Los premios de ciencia, al menos en el ámbito de la biomedicina, también discriminan a las mujeres, lejos aún de romper el techo de cristal en este aspecto. Al menos así se recoge en un análisis publicado en Nature, en el que se ha estudiado la lista de ganadores de las distinciones concedidas entre 1968 y el 2017. De un total de 523 distinciones, 2.378 fueron para hombres y 437 para mujeres. Es cierto que la desventaja se ha reducido con el paso del tiempo, y de una reducida cuota del 5 % de ganadoras entre 1968 y 1977 se ha pasado a un 27 % en la última década; pero el 50 % de los reconocimientos en el período 2008-2017 no estaban estrictamente relacionados con la investigación, sino con otras cuestiones como la educación, la tutoría o el servicio público.

También se encontraron diferencias de género cuando se analizó la cuantía recibida. Los de mayor valor solo correspondieron a un 14,6 % de mujeres, y el resto a los hombres. En general, las vencedoras del premio femenino recibieron una media de 64,4 centavos por cada dólar que, en comparación, obtuvo un hombre. Esto significa que los reconocimientos más importantes son para los varones.

«Tomando todos los datos juntos, los patrones sugieren que las científicas biomédicas ganan aproximadamente cinco veces más premios que hace cinco décadas. Sin embargo, en comparación con sus homólogos masculinos, las investigadoras ganan premios que reciben menos dinero, logran menos atención pública y tienen menos probabilidades de promover el progreso profesional», concluye el análisis.

Salvo por el hecho de que por el mismo galardón las mujeres cobren menos que los hombres, en lo que difieren, a las científicas consultadas por La Voz -todas ellas galardonadas- no les sorprende el estudio. «Claramente el número de premios a mujeres es inferior, y esto es algo que debemos reflexionar», apunta África González, directora del Centro de Investigaciones Biomédicas de Vigo (Cinbio), que también apunta una causa: «Muchas veces -dice- los hombres se ofrecen voluntariamente a presentarse porque consideran que tienen méritos suficientes, mientras que las mujeres se lo piensan más porque creen que hay alguien más válido que ellas. Es el síndrome del impostor». Coincide en esta apreciación Carmen Martínez, de la Misión Biológica de Galicia (CSIC). «Quizás -explica- es que somos más autoexigentes». Aún así, cree que en los últimos años se observa «una clara tendencia al aumento de mujeres premiadas en muchos campos».

Marisol Soengas, responsable del grupo de Melanoma del CNIO, entiende que el análisis «refleja muy bien las desigualdades de género a muy alto nivel», y lamenta que los hombres que ganan premios reciban un mayor impacto mediático que las mujeres. Sugiere «políticas activas para proponer mujeres a premios y animar a que ellas mismas se presenten». Otro de los aspectos que denuncia es el hecho de que la presencia de mujeres en los comités de selección y evaluación de los galardones «está muy lejos de un equilibrio razonable». También le parece preocupante que, según los datos del estudio, «la mayor parte de los premios que reciben las mujeres (50 %) corresponden a aspectos de servicios».

María Dolores Mayán, responsable del grupo de Comunicación y Señalización Celular en el INIBIC de A Coruña, asegura que el análisis de Nature «es tan evidente que a nadie le sorprende». «Hay -explica- muchas mujeres detrás de grandes hallazgos, pero no llegan a los premios, que siguen orientados al sector masculino. Los de mayor dotación y más prestigio se dan mayoritariamente a los hombres». Ella, al igual que sus compañeras, reclama una mayor visibilidad de la mujer investigadora y que se evite, como ocurre en ocasiones, que algunos varones se apropien de los resultados de sus colegas.

La catedrática de Farmacia de la USC María José Alonso, una de las mayores expertas mundiales en nanomedicina, comparte las valoraciones y, entre otras cuestiones, resume alguna de las causas que han llevado a esta situación. «Las mujeres -expone- se presentan a menos premios, no hacen lobby para ser nominadas, tenemos menos visibilidad y las premiadas hacen poco para visibilizarse ellas mismas». Y advierte de un hecho: «Algunas mujeres creen que la discriminación positiva, como la presencia de mujeres en todos los comités por igual, no es positiva».

María de la Fuente Freire, responsable del Laboratorio de Nanooncología del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, no cree que las mujeres reciban menos dinero por el mismo galardón. «Otra cosa -aclara- es que se esté hablando de cifras relativas, y que esto pudiese ser debido a que las mujeres recibiesen en conjunto premios de menor cuantía». Comparte la opinión de sus colegas, pero añade «que a veces hay límite de edad, como las distinciones dirigidas a jóvenes investigadores, y ahí salen perjudicadas las mujeres que hayan hecho un paro en su carrera, generalmente asociado a la maternidad».

Ellas opinan:

MARISOL SOENGAS (INVESTIGADORA DEL CNIO)

«Hay que proponer políticas activas para que las mujeres se presenten a los premios»

MARÍA JOSÉ ALONSO (CATEDRÁTICA FARMACIA USC)

«Las mujeres no hacen lobby para ser nominadas a premios y son menos visibilizadas»

ÁFRICA GONZÁLEZ (DIRECTORA CINBIO DE VIGO)

«Claramente el número de premios a mujeres es inferior, y esto es algo que debemos reflexionar»

MARÍA MAYÁN (INVESTIGADORA DEL INIBIC)

«Es imprescindible que en los tribunales que conceden los premios y proyectos haya paridad»

CARMEN MARTÍNEZ (INVESTIGADORA DEL CSIC)

«Las mujeres nos pensamos mucho más si presentarnos a premios. Somos más autoexigentes»

MARÍA DE LA FUENTE (INVESTIGADORA DEL IDIS)

«Cuando en los premios hay límite de edad salen perjudicadas las mujeres que hayan sido madres»