Arvi busca salida para 4 especies del caladero de Malvinas que ahora descarta

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

CIENCIA

Oscar Vazquez

Científicos del CSIC estudian cómo poner en valor el pampanito o el atún lanzón

02 dic 2017 . Actualizado a las 17:18 h.

Poner en valor la mayor cantidad de peces que entran en la red de las distintas flotas ha sido uno de los objetivos de la Cooperativa de Armadores desde hace años, mucho antes de que la Unión Europea se planteara la erradicación de los descartes. Así consiguió que especies desconocidas sin valor comercial como el fletán o el marujito, entre otras, hoy sean moneda corriente en las estanterías de congelados.

Ahora está empeñada en buscar salida a cuatro especies del caladero de Malvinas que ahora se devuelven al mar porque carecen de valor. Se trata en concreto del pampanito, el atún lanzón, la caballa del sur y la vieira patagónica.

Con tal motivo ha pedido la colaboración del Instituto de Investigaciones Marinas. Carmen Sotelo, doctora en biología que desarrolla su actividad en el departamento de tecnología de alimentos de dicha entidad, es una de las científicas que participa en el proyecto. Ayer explicó algunos de los posibles destinos de dichas especies en el transcurso de una jornada organizada por Arvi sobre la selectividad de artes de pesca y aprovechamiento de descartes.

Explicó que se trata de especies que, por su alto contenido en grasa, al someterlas a un proceso de congelación se oxidan, se decoloran y, por tanto, presentan un aspecto poco atractivo para el consumidor. Sin embargo, en el caso del pampanito, que es el pez que más volumen de descartes provoca, con un mínimo procesado a bordo para separar el músculo de la piel, espinas, cabeza y vísceras, el aspecto mejoraría notablemente. Trocear el músculo y transformarlo en hamburguesas, nuggets y otros preparados similares es una de las posibles alternativas.

Claro que, según Carmen Sotelo, hay otras salidas no menos interesantes para estos productos desde el punto de vista económico, que pueden tener una vida importante en sectores como el cosmético, el farmacéutico o la acuicultura. En este último caso se refirió a la producción de hidrolizados para animales de granja.

Productos como el colágeno o los nutraceúticos (sustancias naturales que tienen acción terapéutica) empiezan a tener gran tirón en el mercado, sobre todo entre la población de más edad, ya que favorecen la regeneración de huesos y cartílagos y, en el peor de los casos, ralentizan el deterioro.

Carmen Sotelo defendió en su ponencia que en muchas ocasiones las especies descartadas más que un problema representan una oportunidad. Lo que hay que hacer, dijo, es encontrar una estrategia de valorización adecuada, «como ocurrió en su día con el fletán o más tarde con el marujito», máxime con la obligación a corto plazo (enero del 2019) de descargar en puerto todo el pescado que entre a bordo. «El objetivo, como ocurre con el cerdo tiene que ser aprovecharlo todo, también los subproductos».

En la jornada de ayer también participaron los investigadores Paula Gutiérrez, Julio Valeiras y Ricardo Pérez, que centraron sus intervenciones en la mejora de las artes de arrastre para ser más selectivas y así evitar el mayor número de descartes.