Científicos del IEO prueban redes en el Cantábrico que eviten los descartes

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

MARCOS CREO

El equipo experimentará con copos de pesca selectivos para esquivar juveniles

31 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se han embarcado en una nueva misión de apoyo al sector pesquero. Tras enrolar a un biólogo en barcos arrastreros gallegos para confirmar que, como dice el sector, hay cigala en el caladero del Cantábrico, ahora participan en una expedición para probar aparejos que permitan a la flota de arrastre reducir los descartes. Para ello, de Vigo zarpó el miércoles el buque oceanográfico Miguel Oliver. A bordo, quince científicos y técnicos que recorrerán el caladero hasta el 10 de septiembre con la misión de echar un cabo al sector y de probar cómo puede reducir los descartes y la captura de especies no deseadas.

Al mando de Julio Valeiras, del IEO en la ciudad olívica, como jefe de campaña, los expertos, procedentes de los centros de Vigo, A Coruña, Santander, Gijón y Cádiz, utilizarán de forma experimental copos de pesca selectivos y dispositivos que evitan la captura de peces juveniles. El grupo de científicos utilizarán también una cámara submarina de gran sensibilidad que se coloca en la red para desvelar el comportamiento de las especies dentro del copo, con el objetivo de mejorar el diseño de dispositivos que permitan mejorar la selección en el futuro.

Análisis de la supervivencia

Los investigadores estudiarán, además, la supervivencia de peces e invertebrados demersales, como rayas y cigala, así como de especies habitualmente descartadas. Para esto, usarán tanques especiales a bordo para mantener con vida a las especies, midiendo su estrés con análisis sanguíneos y monitorizando los efectos de la captura de especies como cigala, rayas, peces planos y holoturias, entre otros.

La expedición de quince expertos analizará también el estrés de rayas y cigalas El IEO aclara que esta expedición responde a la nueva política pesquera comunitaria (PPC) y su norma de obligación de desembarco, cuyo objetivo es la eliminación gradual del descarte y que es aplicable a las capturas de especies sujetas a límites de capturas. Esta prohibición que está entrando en vigor de modo paulatino, hasta el 2020, supondrá «importantes cambios» para la flota de arrastre que opera en el caladero Cantábrico-Noroeste, por lo que el IEO ve «necesario tratar de mejorar la selectividad de esta pesquería».

El «Vizconde de Eza» sondea el banco de Porcupine

El Vizconde de Eza, otro buque de la Secretaría General de Pesca, como el Miguel Oliver, ha puesto rumbo norte también, aunque algo más allá del Cantábrico, para comenzar la campaña Porcupine 2017, para la evaluación de los recursos pesqueros al oeste de Irlanda, caladero frecuentado por la flota gallega.

Según informó el ministerio, el buque oceanográfico, durante 34 días, y bajo la dirección científica del Instituto Español de Oceanografía, realizará estudios para obtener los índices de abundancia de la fauna bentónica y demersal del banco de Porcupine, con especial atención a las especies de mayor interés para la flota española, como merluza, rape, gallo y cigala.

Arrastre de fondo como método

Para ello, las campañas de arrastre de fondo son uno de los principales métodos de estudio directo de las poblaciones pesqueras explotadas. De esta forma, para la evaluación de los recursos se obtienen datos de índices de abundancia estratificados de las principales especies comerciales. También se describen los patrones de distribución de especies demersales y bentónicas, la fuerza de los reclutamientos, localización de los juveniles y datos de crecimiento y reproducción de las principales especies. Además, se van a realizar prospecciones acústicas y muestreos con dragas para la caracterización de los fondos y estaciones hidrográficas, para obtener datos de la columna de agua.

La campaña Porcupine 2017, que cumple su decimoséptima edición, nació de una propuesta de España a raíz de la entrada en servicio del buque Vizconde de

Eza, en respuesta a la comunicación de la International Botton Trawl Survey Working Group sobre la falta de datos de la zona.

Acuerdo con el IEO

Las campañas de investigación a bordo de los buques oceanográficos de la Secretaría General de Pesca se llevan a cabo gracias a un convenio entre el ministerio y el Instituto Español de Oceanografía, que pone los científicos.

Primeros estudios hace un año a bordo de arrastreros gallegos

Esta campaña del IEO se enmarca dentro de su proyecto Descarsel, con el que lleva a cabo estudios de innovación para la selectividad de artes pesqueras y de supervivencia de especies pesqueras como la cigala y las rayas. Esta expedición a bordo del Miguel Oliver continúa los trabajos realizados el año pasado con barcos comerciales de los puertos de Celeiro y Burela que colaboraron en el proyecto junto con la Secretaría General de Pesca.

El verano pasado, el ministerio empezó a buscar pesqueros voluntarios entre el segmento del arrastre para llevar a bordo expertos del IEO para analizar cómo mejorar la selectividad de este arte de pesca. Estaba prevista una prospección entre septiembre y diciembre dividida en dos partes: una de 14 días en aguas comunitarias, y otra de seis en el caladero nacional.

Las capturas de los buques participantes durante estas campañas oficiales de investigación no computan contra las posibilidades de pesca que la embarcación tiene asignadas.

Descartes cero en el 2020

La flota tiene la mirada puesta en la prohibición total de los descartes, que será a partir del 2020. Desde entonces, tendrá que desembarcar en puerto todo lo que pesque de las especies sometidas a cuota, independiente de que alcancen o no la talla comercial adecuada o se trate de un producto para el que el barco no dispone de cupo. De no encontrar soluciones a este problema antes del 2020, puede suponer el colapso para la actividad pesquera.