Su condición de mujer la relegó automáticamente a un segundo plano a pesar de que el artículo publicado por Wilson en la revista Science hacía mención a que «sus hallazgos concordaban con las observaciones de Nettie Stevens», lo que demostraba que el genetista conocía el trabajo de Stevens y reconocía en cierto modo su prioridad.
Lo cierto es que el trabajo de Nettie Stevens resultó más determinante tanto por su calidad como por la cantidad de información experimental aportada y todo ello con un estilo minucioso y detallado. Consciente del papel secundario que tenían las mujeres científicas por aquel entonces, Nettie Stevens llenó sus publicaciones de citas y referencias al trabajo de otras compañeras de profesión para ensalzar así su labor y tratar de darle una visibilidad que no tenían.