Una alumna inventa una alfombra que avisa a sonámbulos

Noelia Silvosa
noelia silvosa A CORUÑA / LA VOZ

CIENCIA

EDUARDO PÉREZ

Aldara Ventoso Varela, de 13 años, gestó su invento en Salesianos y viene de triunfar con él en el Día de la Ciencia en la Calle

15 may 2016 . Actualizado a las 13:29 h.

Aldara tiene trece años y las ideas muy claras. Tanto, que una de ellas ya va camino de convertirse en una patente. A sus trece años, viene de triunfar en el Día de la Ciencia en la Calle con un invento que planteó el curso pasado en los Salesianos: una alfombra que pita cuando se pisa para avisar al sonámbulo. Todo empezó cuando Oliva, su profesora de Educación Plástica y Visual, les dijo a sus alumnos que tenían que pensar en un invento. Ahí fue cuando a Aldara se le encendió la bombilla. «Se me ocurrió hablando con mi prima, que me dijo: ?¿Y por qué no haces una alfombra con luces como de discoteca??. Y de discoteca no quería, pero se me ocurrió inventar esta», cuenta.

«Quiero hacerme rica»

Vaya si la inventó. Con los conocimientos de dibujo técnico que ya tenía y los de electricidad que aprendió este año en la asignatura de Tecnología, diseñó junto con otras tres compañeras -Carmen Brage, Bibiana Soto y Laura Varela- un prototipo relleno de espuma sobre el que instalaron el cableado, que va conectado a una pila de cuatro voltios y medio.

Así, la alfombra consta además de varios puntos sonoros en los que introdujeron unas chapas metálicas que, al hacer contacto, emiten sonido. Por supuesto, Aldara tiene muy claro lo que hacer con su invento: «Patentarlo y hacerme rica», señala divertida. Sus profesoras señalan cuál es el siguiente paso: «A medida que avancen sus conocimientos de programación podrán conseguir que la alfombra avise en la habitación de los padres mediante un walkie-talkie, porque la idea no es que despierte al sonámbulo, sino que en la casa se sepa que está caminando por la casa», indican. «¿Voy a salir en el periódico?», pregunta Aldara antes de posar para la foto, momento en el que le piden que enseñe el interior de la alfombra. «¿Ves como hay que hacer los proyectos menos chapuzas?», le reprende entre risas su profesora. Pero a ella no le afecta: «Yo soy el genio del proyecto», recuerda con orgullo. Y tanto.