Avistando cetáceos a 150 millas de Celeiro

Mar García

CIENCIA

Anoche regresó la expedición científica de Cemma tras nueve días de campaña

23 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Poco después de las nueve de la noche el grupo de diez científicos de la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Marinos (Cemma) que ha desarrollado durante los últimos ocho días una campaña de avistamiento y control de cetáceos y aves marinas en el llamado banco de Galicia, llegó al puerto de Celeiro a bordo del buque-escuela de la Cofradía, el Santiago Apóstolo.

La campaña, incluida dentro del programa Life Indemares, dirigido por la Fundación Biodiversidad, ha sido complicada por el mal tiempo, y no ha permitido que el grupo científico desarrollara el trabajo con toda la amplitud que estaba previsto, e incluso llegó a poner en peligro su continuidad porque hubo varios días de vientos con fuerza 5 y 6, la mitad más casi de la situación ideal para rastrear a los grandes dueños del océano. «Empezamos polo sur, tuvemos que deixalo, e subir ao norte, porque os primeiros tres ou catro días foron bastante malos», explicó aún a bordo del Santiago Apóstolo el coordinador de la campaña, José Antonio Martínez. Así, los resultados obtenidos «están condicionados polo tempo, porque a maioría dos días as condicións foron malas, non para navegar, pero si para visionar. Os soplos das baleas (ese chorro alto que las identifica) case desaparecían porque os ventos as barren», señaló el coordinador de la expedición, que añade que aprovecharon la navegación en popa para rastrear «porque na proa era casi imposible estar fora, e incluso houbo días que tuvemos que acortar os traxectos, e incluso non se puido traballar ben co hidrófono para captar as sinais acústicas».

Pocas ballenas

Analizar los datos obtenidos llevará su tiempo, pero Martínez avanza algo ya constatado durante la expedición realizada este verano durante la campaña del bonito. «Esperábamos avistar máis baleas, pero este ano reducíuse o número con respecto a anos anteriores», dijo. Si tuvieron oportunidad de controlar la presencia de cachalotes.

El banco de Galicia está a unas 150 millas de la costa. Es una montaña submarina cuya cima ocupa una superficie aproximada de 625 millas cuadradas, y con una profundidad de entre los 500 y los 1.00 metros, aunque hay una zona de cantiles submarinos en los que se llegan a alcanzar profundidades de 5.000 metros. Los biólogos del Cemma realizarán una nueva campaña en esa zona el próximo año. A principios de octubre estudiarán la presencia de ballenas, delfines y otras especies de cetáceos en el llamado cañón de Avilés. Más cerca de la costa, volverán a puerto cada día.