Parece ser que todos en este mundo tenemos un alma gemela, un espejo que nos acompaña en este precioso viaje llamado vida, del que se acepta absolutamente todo y que lo hacemos crecer paralelamente a nuestro lado para ayudarle a desarrollar su mejor versión. Si en el mundo del fútbol existiesen las almas gemelas, sin lugar a dudas el Lugo y Ponferradina lo serían. Amparados en esas sincronicidades y casualidades que las caracterizan, los bercianos llegan a nuestra ciudad para revivir, una vez más, el ya habitual derbi de Os Ancares. Un derbi que sabe lo que es llenar estadios y generar el mejor de los ambientes para que fluya ese sentimiento de pertenencia de los aficionados y aficionadas con su entidad en su máximo grado de orgullo y emoción.
Esquema de juego
Llega como líder el conjunto de Íñigo Vélez, fiel en las tres primeras jornadas a un esquema de juego 1-4-2-3-1, en el que son habituales en el once titular Andrés Prieto en portería, con Thomas Carrique, Kevin Sibille, Antonio Leal y Nil Jiménez, de derecha a izquierda en línea defensiva, Pol Llonch o Igbekeme acompañando a Markel Lozano en el medio centro, con Ale Díez por banda derecha, David Soto en banda izquierda y Brais Abelenda y Raúl Dacosta permutando de forma continua la posición de nueve con la media punta.
De forma habitual, el veterano Yuri de Souza interviene como efectivo revulsivo en los instantes finales de los encuentros. Ocupando un rol más secundario hasta el momento en el engranaje de la máquina berciana están los exfutbolistas albivermellos Jesús Fernández, Pablo Clavería y Andoni López, así como Ernesto Gómez y la referencia ofensiva de Álvaro Vázquez.
Estilo
Con frecuencia, los pupilos de Íñigo Vélez tienden a situarse en posicionamiento avanzado, desde el que realizan una presión en bloque medio-alto a la salida de balón del adversario, con transiciones defensivas bien trabajadas en caso de ser superada la primera línea de presión. En fase ofensiva, el conjunto berciano luce una elevada calidad técnica que les permite sentirse muy cómodos con la posesión de balón, así como realizar rápidas y efectivas combinaciones en la proximidad del área rival que les permite adoptar muy buenas decisiones en la fase de finalización. Asimismo, son habituales las continuas permutas de posición entre sus jugadores de ataque. Despliegan brillantes transiciones ofensivas, utilizando el carril derecho como prioritario en la búsqueda de la profundidad necesaria, donde destaca la labor de Ale Díez, su jugador más determinante en esta primera fase de competición.
Debilidad defensiva
El punto débil del conjunto berciano hay que situarlo en la pérdida de duelos individuales en la disputa de balones aéreos en fase defensiva, así como en los errores de marcaje y concentración en las acciones de estrategia, de las que sus adversarios han sabido aprovecharse para obtener el rédito adecuado.