Rubén Albés: «Fuimos mejor equipo de lo que la gente pensaba; se nos infravaloró»

CDLUGO

ALBERTO LÓPEZ

El ex técnico del Lugo sigue convencido de que su decisión de abandonar el club fue la mejor

09 jun 2022 . Actualizado a las 21:38 h.

Rubén Albés (Vigo, 1985) ha dicho adiós al Lugo como el segundo entrenador del club con más partidos en Segunda (51) — empata con Luis César y está detrás de Quique Setién— y el que más permaneció en el cargo desde que manda Tino Saqués. El héroe de la milagrosa permanencia en Vallecas hace un año y el timonel del plácido último viaje por la Segunda División ya es historia en el Ángel Carro.

—¿Dónde pasa las vacaciones?

—Entre Altea (Alicante) y Valencia, de donde es mi futura mujer.

—Se casa el 1 de julio. ¿Cómo van los preparativos?

—Muy bien, porque que mi mujer es una fenómena y ha adelantado el 80 % de las cosas. Ahora me toca a mí tomar las decisiones más sencillas.

—Eso le ayudará a desconectar por completo del fútbol.

—Lo intento, pero no es fácil, y menos cuando todavía quedan por decidirse las promociones de ascenso a Primera y Segunda.

—Pasaron ya un par de semanas desde que anunció su marcha. ¿Sigue convencido de la decisión que tomó?

—Totalmente. Fue una decisión bien reflexionada. No fue tomada en función de una emoción pasajera, sino examinando muy bien sus pros y sus contras, sus beneficios y perjuicios, y sigo creyendo que era el momento de cerrar el ciclo y recuperar energía. Me voy satisfecho y dejando la puerta abierta de un club con el que siempre me he sentido muy identificado.

—En el Ángel Carro no se coreaba el nombre de un entrenador desde la época de Setién.

—Me he sentido muy querido desde el primer día. Sentí el cariño a mi llegada, todavía más después de la permanencia en Vallecas y también durante esta última temporada. Durante el trayecto he sufrido mucho, pero también he disfrutado un montón por sentirme tan conectados con la afición y con el club.

—¿Qué nota final merece el equipo su trayectoria en este curso?

—Yo no sería justo. Eso hacedlo vosotros.

—De los últimos 36 puntos en juego sumaron solo 10. ¿Le enfadó ese borrón?

—Éramos ambiciosos, queríamos llegar a los 56 o 57 puntos, y creo que si los necesitáramos los hubiéramos conseguido. Pero el bajón es normal después de tantos años de tanto sufrimiento. El alivio de vernos prácticamente salvados en la jornada 30 afectó a nuestro nivel de competitividad.

—De los entrenadores con más partidos en el club, Albés tiene el menor porcentaje de derrotas, pero también de victorias.

—No soy muy fan de las estadísticas, soy más fan de conseguir o no objetivos. Mi mejor porcentaje en el Lugo es que logré dos salvaciones en mis dos intentos. Con eso me quedo.

—Si echa la vista atrás y mira al verano del 2021, ¿diría que el equipo ha rendido por encima o por debajo de sus posibilidades?

—Ha rendido cómo ha ido evolucionando. Entonces se nos infravaloraba, y me refiero al público de fuera, tanto a la plantilla como a los jugadores, y hemos sido mejor equipo de lo que la gente pensaba.

—Muy pocas veces el Lugo superó al rival en posesión, pases y tiros a puerta. ¿Qué les diría a los críticos del estilo?

—Lo más bonito del fútbol son los goles, puntuar, ganar partidos y lograr objetivos. Cada equipo, en función de las características de sus futbolistas, tiene que buscar las armas con las que cree que puede sacar mejores resultados. No soy de un fútbol u otro, soy del que te permite general más volumen ofensivo y marcar más goles que el rival.

«Mi futuro sigue siendo incierto, no se qué pasará ni si empezaré la liga en algún equipo»

El estratega vigués sigue en tener destino. Le sobran pretendientes, algunos con una gran reputación en la categoría de plata, pero la decisión no está tomada. O eso es lo que dice.

—Debo preguntarle por su futuro. ¿Entrenará a la Ponferradina?

—Mi futuro sigue siendo incierto, de verdad. No se qué pasará ni si empezaré la liga en algún equipo. Tengo varias propuestas, es cierto, algunas que me interesan y otras no, también hay proyectos que me podrían interesar pero no han surgido... En fin, habrá que esperar. Todavía queda mercado. Lo que está claro es que si empiezo la nueva temporada entrenando es porque siento que el proyecto del sitio al que voy me hace feliz.

—¿Busca un perfil de club determinado?

—No. Busco personas, gente que coincida con lo que nosotros, mi cuerpo técnico y yo, en lo que entendemos que es lo mejor para ese club, y que además desee que nosotros estemos allí. Esa es la idea.

—También se le relacionó con el Huesca y es Sporting de Gijón, si bien el equipo asturiano ya cuenta con Abelardo para el curso que viene.

—No puedo decir nada sobre el mercado.

—¿En estos momentos está cerca de algún equipo?

—Ni cerca ni lejos, estoy en una zona intermedia. Diría que a medio camino. Soy gallego, recuerda eso (risas).

—¿Cuál es su sueño como entrenador?

—Seguir viviendo de esta profesión 30 años más.

—¿En serio? Aguantaría en los banquillos hasta los 67 años.

—Bueno, dejémoslo en 25 años más. Si antes me convirtiera en millonario haría una casita con un huerto ecológico, ja, ja, ja.

«Es responsabilidad de todos ayudar en el crecimiento del club»

—¿Le ve mucho margen de crecimiento al Lugo?

—Queda una base de futbolistas muy interesantes, algunos que este año han sumado muchísimos minutos y otros más jóvenes con un buen futuro por delante, y eso es muy importante.

—La permanencia volverá a ser el objetivo una temporada más ¿El desapego social se solucionaría subiendo el listón?

—Probablemente. Entiendo que la afición se canse de luchar siempre por la permanencia, pero también hay que tener muy en cuenta que la realidad socioeconómica del club es la que es. Hay un grupo de unos 2.000 aficionados que son increíbles y es responsabilidad de todos enganchar a más y ayudar en el crecimiento del club.

—La cuota de ambición fue lo que pudo haber provocado las discrepancias entre el club y Mauro Pérez, el exdirector deportivo.

—No lo sé. Desconozco los motivos de su marcha,

—¿Le sorprendió?

—Sí, me sorprendió, pero sus motivos tendrán Mauro y el club para separar sus caminos.

—¿Ha habido jugadores que rindieran más de lo que esperaba?

—No, ninguno. Lo que creo es que muchos jugadores han sacado el verdadero potencial que tenían dentro, que es un concepto diferente. Si un futbolista es capaz de rendir como lo ha hecho esta temporada, como por ejemplo Lebedenko, Chris Ramos, Sebas Moyano o Ricard, de los que quizás se esperaba menos, es porque realmente tienen ese nivel. No hay milagros ni pócimas mágicas. La cuestión ahora es mantenerlo y comprobar si lo pueden subir.

—¿Por quién votaría para el MVP albivermello?

—Por la familia que había en el vestuario. La gran clave de todo fue esa gran familia que se construyó dentro. Hemos ganado con Chris Ramos dentro y fuera del campo, con Gerard Valentín y sin Gerard Valentín, con Xavi Torres y sin Xavi Torres... El colectivo ha estado siempre por encima de las individualidades.

—Dijo Mauro Pérez que Lebedenko, Cuéllar, Ros, Ricard y Chris Ramos son los futbolistas con más posibilidades de jugar en Primera. ¿Borraría o añadiría algún nombre en esa lista?

—Borrar seguro que no. Él controla más el mercado, yo me dedico a entrenar. Por edad y por nivel de juego son jugadores que, si su progresión no se detiene, son jugadores que algún momento pueden tener la oportunidad. Pero, en realidad, es muy complicado prever qué jugadores pueden llegar a jugar en Primera. O por lo menos yo soy incapaz.