El exfutbolista del Real Madrid y el Barcelona, entre otros, y ahora técnico del Lugo juvenil, dice sentir «vergüenza ajena» cuando escucha insultos a los árbitros o a los jugadores contrarios en los partidos de fútbol base
29 mar 2022 . Actualizado a las 19:24 h.Desde su retirada en el 2018, Roberto Trashorras (Rábade, 1981) nunca ocultó sus ansías de probar suerte en los banquillos. Tras casi 600 partidos como profesional en el Barça, el Real Madrid, el Celta y el Rayo Vallecano, entre otros clubes, el exjugador lucense ahora disfruta del fútbol desde la banda. Esta temporada debuta como entrenador al frente del equipo juvenil del Lugo en la Liga Nacional.
—¿Esperaba empezar más arriba?
—Cuando dejé el fútbol tuve la suerte de seguir enganchado como comentarista y eso me ayudó en la transición. Tenía claro que me gustaría volver a estar cerca del césped y probar como entrenador. Me fui formando, conociendo la manera de trabajar de muchos entrenadores diferentes y esperando por una oportunidad que me convenciera. Me salieron algunas opciones de más arriba, pero entendí que no eran las más adecuadas. La de los juveniles del Lugo me pareció muy buena, ideal para empezar, para seguir formándome y para ir ganando experiencia.
—¿Es como esperaba?
—La experiencia está siendo muy buena en todos los sentidos. Toda la gente del club me lo ha puesto muy fácil desde el principio y estoy muy a gusto aquí.
—¿Qué es lo más difícil cuando se trabaja con promesas?
—Lo más que respeto me daba era llegar a los jugadores. Por mi larga experiencia en el fútbol, el método de entrenamiento lo tenía claro, pero me inquietaba el hecho de ganarme la confianza de los futbolistas, de hacerles creer que el trabajo que realizas es el adecuado. Eso es fundamental, aunque también era consciente de que partía con ventaja por haber sido jugador profesional y que mi mensaje podía calar más.
—Los padres ahora son un serio obstáculo.
—El entorno es fundamental y, en muchos casos, el principal problema. Muchos niños no llegan a ser profesionales por culpa de sus padres. O de su entorno. Yo conozco muchísimos casos. Me da vergüenza ajena ver algunas actitudes en el fútbol base.
—¿Cómo valora el trabajo de cantera del Lugo?
—Muy bueno. Como en todos los equipos, se pueden mejorar cosas, y el Lugo tiene potencial para hacerlo. Está en el buen camino.
«Cuando estaba en el Barça pude irme a la Premier y al Boca Júniors»
El conjunto juvenil del Lugo en la Liga Nacional sacó adelante con solvencia el trámite ante el Colegio Hogar en la pasada jornada a pesar de contar con una baja sensible en el banquillo. Su entrenador se perdió el choque porque lo reclamaron para jugar con las leyendas del Barça un partido benéfico en el estadio de Anfield ante sus homólogos del Liverpool. Los azulgranas, con el técnico albivermello en la alineación y antiguos futbolistas como Rivaldo, Mendieta, Davids, Saviola y Giovanni, entre otros, derrotaron por 2-1 a un conjunto anfitrión liderado por Steven Gerrard y con otros exjugadores reds como McManaman, Carragher, Kuyt o Hyppia.
—No era la primera vez que jugaba con las leyendas del Barça, pero hacerlo en Anfield y ante el Liverpool es otro nivel, ¿no?
—Siempre es motivo de orgullo jugar al lado de futbolistas de tanto prestigio, pero es verdad que este no era un partido más. Nunca había jugado en Anfield, que además estaba lleno, y el encuentro era benéfico, así que la experiencia no podía ser más agradable y satisfactoria.
—¿Cuáles de sus compañeros se mantienen más en forma?
—Casi todos. Los que acuden a estos encuentros es porque tienen un cierto nivel físico. A los más mayores, lógicamente, les cuesta un poquito más, así como a aquellos que han sufrido lesiones importantes. Saviola, Goicoetxea, Belleti o Giovanni son gente que se mantiene bien; también los más jóvenes como yo, Jofre, Dani Tortolero... Rivaldo, que es de los más veteranos, sigue conservando la calidad.
—Si no había jugado nunca en Anfield es porque no quiso. De la Premier tuvo ofertas en su momento.
—Sí, cierto. Cuando estuve en el Barça me apareció una oferta para irme allí, pero pensé que no era lo mejor en ese momento y me quedé. También tuve ocasión de irme al Boca Júniors. Mi ilusión era asentarme en el primer equipo del Barça.
—¿Ahora se arrepiente?
—Arrepentimiento no es la palabra, aunque es verdad que si que me hubiera gustado conocer otras ligas.
—Pasó por las canteras del Barça y del Real Madrid. Pudiendo elegir, ¿cuál recomendaría?
—Las dos son muy buenas, de las mejores a nivel mundial. En la del Barça se trabaja en base a un estilo muy propio y es una cantera de la que, además, sacan muchos jugadores para el primer equipo, algo que quizás le falte a la del Madrid, donde también hay grandes jugadores, pero ese último salto cuesta más.
—Rexach le hizo debutar en la Champions y en Primera, pero la continuidad se la dieron otros. ¿A qué técnico le debe más?
—No podría quedarme con uno porque aprendí de todos. Cuando llegué a La Masía el que llevaba todo era Johan Cruyff y Rexac me dio la oportunidad; Paco Jémez fue muy importante en el Rayo Vallecano; Juan Manuel Rodríguez también me ayudó mucho en Las Palmas; Eusebio y Paco Herrera en el Celta...