El técnico del Lugo considera que su equipo mereció más en El Molinón y habla de «final» ante el partido frente al Mirandés
11 may 2021 . Actualizado a las 00:37 h.Rubén Albés compareció en la sala de prensa de El Molinón con el gesto torcido. Su semblante era el reflejo del dolor que sufría por haber dejado pasar otra oportunidad para invertir la dinámica. Según el preparador, su equipo no mereció semejante castigo. «Estamos jodidos. Y lo estamos porque hoy —por ayer— hemos vuelto a crecer con respecto al último partido», destacó Albés, que no dudó en elogiar el rendimiento de sus hombres a pesar de la derrota y que no realizaron más que un remate entre los tres palos. «Minimizamos a un buen equipo que tiene un potencial ofensivo importante, que se maneja muy bien con la pelota y que tiene futbolistas muy desequilibrantes. Minimizamos también sus contragolpes, que explotan con mucho acierto», explicó el técnico del conjunto albivermello, que se fue del estadio gijonés con la sensación de que el Lugo debió quitar algo más. «Generamos un volumen ofensivo suficiente para hacer algún gol. Tuvimos alguna ocasión muy clara, pero cuando estás en una situación como la nuestra...», lamentó.
La derrota no aleja más al Lugo de los puestos de permanencia, pero reduce su margen de maniobra para emerger y seguir un año más en Segunda. Rubén Albés no pierde la fe. Lo que vio en El Molinón incluso refuerza sus esperanzas. «La decepción viene por el resultado y el rayo de luz viene por el comportamiento general del equipo y la sensación de espíritu», dijo.
A los lucenses les quedan cuatro partidos, si bien su técnico no levanta la vista más allá del presente. «El foco está en mañana, en levantar a la plantilla y hacerles ver que su esfuerzo tendrá recompensa. No bajaremos los brazos, vamos a ir con todo al próximo partido. El sábado tenemos una final y seguro que podemos cambiar esto, estoy seguro», zanjó Rubén Albés.