Oportunidad tras honda preocupación

Millán Gómez

CDLUGO

ALBERTO LÓPEZ

01 abr 2021 . Actualizado a las 14:15 h.

El Lugo suma cuatro partidos con Luis César como primer entrenador. El cambio de estilo con respecto a las premisas de Mehdi Nafti es evidente. De un juego directo, más reactivo y con salida en largo a un fútbol combinativo, de iniciación por bajo desde área propia. Son contextos antagónicos y, en parte, contradictorios. Una modificación sideral en plena entrada del último tercio de liga.

Contra el Fuenlabrada, el Lugo sufrió mucho a las espaldas de sus centrales. En Girona, dominó y fue vertical en la primera mitad para perder el dominio en la segunda y volver a proponer tras el 1-1. Ante el Castellón, los lucenses dominaron claramente, generaron más y apenas sufrieron. Con Luis César, el dibujo es similar a Nafti, pero con alturas y conceptos diferentes. Ahora busca cambios de juego en mediocampo para castigar las basculaciones rivales, ganar amplitud y generar ventajas interiores. Frente al Sabadell, tuvo tres ocasiones antes del 0-1. A partir de ahí, espesura absoluta y sin una sola ocasión en toda la segunda mitad. Incapaz de batir líneas de presión y sin apenas encontrar espacios. Y se siguen cometiendo demasiadas pérdidas en campo propio. Para solucionar un problema, lo primero es reconocerlo. Y Luis César lo hizo, primero, en la rueda de prensa post-partido y muy especialmente el martes.

Los cuatro cambios y el quinto prácticamente contiguo desordenaron al equipo. Y no solo ese, sino la ubicación inicial de Cristian Herrera en banda izquierda, donde pierde capacidad de profundidad. Es un segundo delantero al que le favorece jugar por dentro o en derecha, donde puede recibir y trazar diagonales hacia dentro para combinar o para buscar disparo. Tras el 0-2 anulado, Herrera se ubicó en derecha. Hoy, Arvin Appiah podría volver a jugar en izquierda, aunque tiene dificultades para asociarse. Es clave la vuelta de Juanpe, diferencial por capacidad para recuperar balones, asociarse en espacios reducidos y llegar desde segunda línea. Sin Frederico Venancio, Carlos Pita, como central, aportaría salida u optar por Pedro López, que siempre cumple.