El Fuenlabrada se aprovechó de un cuadro lucense que terminó con cinco debutantes, además de Morais, que solo había jugado antes siete minutos en Segunda
14 sep 2020 . Actualizado a las 13:02 h.Precisamente en el estadio que homenajea al niño por excelencia del fútbol español, evidenció el Lugo que aún está en pañales. En un partido predestinado al 0-0, la escuadra de Juanfran pagó la novatada cuando reunió sobre el verde a cinco debutantes en la categoría, además de otro jugador del Polvorín que solo sumaba siete minutos de competición con el primer equipo.
No es casual que en apenas nueve temporadas en Segunda el Lugo se haya medido a más de 50 rivales distintos. El infierno del fútbol español es una de las categorías más impredecibles y duras de Europa. Por eso adaptarse a ella no suele ser sencillo.
El cuadro de Juanfran García ha perdido buena parte de sus viejos complejos. Jugar a que pasen pocas cosas ya no lo avergüenza, y más sabiendo que esa receta es la que más opciones le da de puntuar, especialmente con una plantilla pendiente aún de muchos retoques que la hagan competitiva. En el Fernando Torres se citó con un Fuenlabrada que tenía la misma idea, y por eso el partido se encaminaba a un 0-0 que solo podía evitar algún error grosero.
Así fue. El debutante Diego Alende, cedido por el Real Valladolid tras dar un nivel sobresaliente en el Promesas, se equivocó dos veces justo a continuación de que alejasen de su lado al maestro Carlos Pita. Arropados por viejos rockeros como Seo, Iriome o los que aún deben llegar, los aspirantes a estrellas del Lugo podrán crecer. Sin ellos, se equivocarán más a menudo.
El Lugo inició el partido con un once cuya media de edad rozaba los 30 años y el central compostelano como único novato en Segunda. Los fallos llegaron cuando Juanfran miró a su banquillo y vio pocas más alternativas que los chavales del Polvorín. La alineación que acabó el encuentro apenas alcanzaba los 25 años de media, y de los cinco jugadores que ingresaron desde el banquillo solo Carrillo tenía experiencia en batallas tan exigentes. El resto, a excepción de Morais, que jugó siete minutos el pasado curso, debutaron en una categoría en la que podrán hacer mejor papel cuando estén más arropados.
