La afición del Lugo respondió en una jornada en la que el equipo necesitaba su apoyo
20 may 2019 . Actualizado a las 16:40 h.La afición del Lugo es bastante previsible en lo que a acudir al Ángel Carro se refiere, lo que ha originado que se acuñara la mítica frase: «Aquí baixan os tres mil de sempre». Esta regla de asistencia se cumple a rajatabla, excepto en muy contadas ocasiones y el domingo fue una de ellas. Jugadores, cuerpo técnico y resto de integrantes del organigrama del Lugo no cesaron durante la semana de solicitar el respaldo de un público que, además, suele ser bastante crítico con su equipo de manera habitual. El llamamiento surtió el efecto deseado y el coliseo rojiblanco presentó sus mejores galas en un partido en el que se puede decir que los aficionados rojiblancos dieron un paso adelante hacia su mayoría de edad al ser capaces de rivalizar con una afición con tanta tradición como la deportivista, que tampoco falló a su equipo.
El aliento de los aficionados rojiblancos lo pudieron comprobar los jugadores ya en último entrenamiento previo a la cita ante el Deportivo al que acudió una nutrida representación de seguidores, los mismos que en el derbi participaron activamente en el tifo que cubría el fondo del estadio en el que se colocan los peñistas y los integrantes de la grada de animación.
El lema que es santo y seña del conjunto rojiblanco y que por ello está escrito en el túnel de vestuarios : «Isto é Lugo e aquí hai que sachar», fue más coreado que nunca, sobre todo en el tramo final del partido, en una demostración de orgullo rojiblanco que tiene que servir de base para cimentar el Club Deportivo Lugo del futuro.
El único lunar, si se puede calificar así, en la exaltación de lucensismo que se vivió durante el partido y también en los días previos, es que hubo que esperar a un partido en el que el equipo se jugaba casi el ser o no ser en la categoría y de plata y ante un contrario con el que existe una notable rivalidad.