Fede Varela, un incordio para los rojiblancos en su vuelta a casa

Iván Díaz Rolle
I. DÍAZ ROLLE LUGO / LA VOZ

CDLUGO

Daniel Marzo

Forjado en la cantera del Viveiro, el jugador del Majadahonda vivió en Lugo durante su etapa de formación

27 ene 2019 . Actualizado a las 20:59 h.

Cuando Fede Varela era todavía una imberbe promesa que asombraba por su talento en las principales categorías de base, Lugo fue uno de sus lugares de residencia. En la ciudad amuralla vivió una temporada junto a su familia el futbolista que el sábado estuvo a punto de frustrar la primera victoria del 2019 del CD Lugo. Ingresó en el campo al inicio de la segunda parte y con su fútbol resucitó a un Rayo Majadahonda que se había retirado a los vestuarios con el pulso muy débil.

El futbolista de origen argentino se forjó en las categorías inferiores del Viveiro antes de brillar en las canteras de Celta y el Oporto y fue un incordio para los rojiblancos en su vuelta a casa. «Tenía claro que si no jugaba nos iba a beneficiar», señaló a la conclusión del partido Toni Martínez, ahora en las filas del Lugo y compañero del exviveirista hasta hace bien poco en el Majadahonda.

Nació hace 21 años en Lanús, pero el director de cantera del Viveiro CF, Francisco Vizoso Rojo, fue testigo de sus primeras patadas al balón: «Comezou na Escola de fútbol sendo alevín. Tivo unha lesión que o deixou dous meses sen xogar, pero sendo alevín de segundo ano xa ía co equipo infantil. Ao ano seguinte, os infantís subiron a Liga Galega cun partidazo seu en Cantarrana. Gañaran 7-1 ao Racing de Ferrol», recuerda. «El Viveiro fue mi trampolín», admitía Fede Varela en una entrevista a La Voz. l crecimiento del mediocampista viveirense, desde entonces, fue meteórico.

En A Madroa se hizo un nombre y llegó al Porto tras un fugaz paso por el Stade Nyonnais de la Tercera División suiza. En Do Dragão Julen Lopetegui, que lo conocía de las categorías inferiores de la selección española, fue su primer gran valedor. Se ganó otros muchos durante tres campañas con el filial del gigante portugués en Segunda División, con 16 goles en 70 apariciones, y el pasado enero debutó por fin en la élite del país vecino al ser cedido al Portimonense. Ahora, a préstamo en el Rayo Majadahonda trata de abrirse paso en la élite.

Para quienes lo conocen por su etapa en la cantera del Viveiro, es difícil olvidar el fútbol y las actuaciones de Federico Nicolás Varela. «Era un espectáculo, pequeno e redondiño, por iso sorprendía tanto a súa axilidade coa pelota. Daba gusto velo. Cando xogaba no Marcos Gómez -antes Cembedo-, os que ían para o xerátrico, que está ao lado, moitas veces se paraban a velo», recuerda Rojo.