El Albacete Balompié, desde el fichaje de Enrique Martín, mejoró exponencialmente. Sustituyó a Aira, ex jugador de CD Lugo, que pese al ascenso la pasada primavera sufría un desgaste entre club y afición. Con Martín, ha mejorado enormemente como local, sumando 21 de los 30 puntos posibles. El entrenador navarro le ha dotado de solidez defensiva y nunca ha encajado más de dos goles. Un conjunto que incluso fue capaz de ser superior a la SD Huesca en Albacete, pese al empate. Baja enteros fuera del Carlos Belmonte. Solo ha sido capaz de ganar un partido a domicilio, amén de sumar tres empates (un cuarto con Aira). Su única victoria fue hace cinco jornadas en el Mini Estadi frente al Barça B (0-1). Compite con un esquema táctico inhabitual y, por ello, más interesante: 3-5-2. Sufre para marcar goles con una producción escasa para aspirar a la zona media-alta de la clasificación. Martín, un clásico de los banquillos españoles, un técnico que humaniza más si cabe el fútbol. Motivador infatigable, carismático, cercano, que te retrotrae al fútbol añejo y con una naturalidad que despierta enormes simpatías. Partidario de escuchar al futbolista y de recordar que son personas.
Un equipo capaz de combinar y ser directo. Muy peligroso en sus centros laterales. Cuenta con carrileros largos que buscan profundidad. En mediocampo, posee futbolistas técnicos como Dani Rodríguez, Susaeta o Jon Erice. Erice es un creador de juego, sobre el cual puede pivotar el equipo. Susaeta, amén de su capacidad para caer a banda para centrar con soberana precisión, aporta combinación y capacidad de pase cuando compite por la zona central. Dotado de un guante para las faltas directas donde golpea ajustando.
Ofensivamente, sobresale su delantero Roman Zozulia, con siete goles. Excelente cabeceador, gana los duelos por físico. Le acompaña el potente y técnico Jérémie Bela, con tres tantos. También, Aridane Santana, cabeceador y útil juego de espaldas.