.700 socios tenía el Lugo antes de que comenzara la campaña de abonados para la segunda vuelta. A buen seguro que ese número se incrementará con nuevos aficionados atraídos por la buena marcha del equipo, aunque muy probablemente sea de modo muy ligero. Es lo que hay. En todo caso, en lugar de lamentarse por una cantidad que pudiera parecer escasa, habría que subrayar el fortalecimiento en la identificación y orgullo por parte de los que ya están.
De un tiempo a esta parte da gusto salir a la calle y sentir que es normal ver a personas de cualquier edad vistiendo ropa del club, coches con pegatinas luciendo cual es el equipo con el que simpatiza su propietario o bufandas y banderas rojiblancas en muchos bares que tapan parcialmente la habitual identificación madridista o barcelonista que fagocita al resto de conjuntos.
La buena clasificación ha provocado que el foco del mundillo futbolístico se coloque sobre el Lugo de Francisco con numerosos reportajes al ser uno de los equipos revelación de la competición. El Lugo suena mucho más y existe un verdadero respeto cuando tiene que visitar a sus rivales. Esa sensación de trabajo bien hecho es la que refuerza el orgullo y el sentimiento de pertenencia en un club que hasta ahora había subsistido sin hacer mucho ruido ni llamar mucho la atención. Uno más de tantos.
Pero sería un error obsesionarse con el puesto en la tabla clasificatoria. En una liga tan competida y con rivales tan fuertes, solo provocaría entre el aficionado una mezcla de agobio y frustración de no ser capaz de mantener los puestos de privilegio. Y puede que así sea. Realmente donde habría que poner la vista es en el saldo de puntos que al final serán los que pongan al equipo en su sitio. Mientras el Lugo siga siendo un equipo compacto, rocoso y que compite sea donde sea seguirá viva la llama de la ilusión. Cierto es que se necesitan refuerzos para cubrir los agujeros que ha provocado el mes de diciembre. Refuerzos que sirvan para reforzar, no para rellenar como ocurrió lastimosamente la temporada pasada. Afortunadamente, la parcela deportiva del club este año está en mejores manos.
En todo caso, con incorporaciones o sin ellas, ojalá el Club Deportivo Lugo siga apasionándonos y llenando de orgullo a su afición durante los próximos meses como ha sucedido hasta ahora.