Fallece Belén Rodríguez Maroñas a los 50 años, empresaria de decoración y madre de la desaparecida Paula Sueiro

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

ZAS

Imagen de archivo de una celebración de los vecinos de San Cremenzo de Pazos (Zas), con Belén Rodríguez Maroñas y su hija Paula Sueiro.
Imagen de archivo de una celebración de los vecinos de San Cremenzo de Pazos (Zas), con Belén Rodríguez Maroñas y su hija Paula Sueiro.

Natural de San Cremenzo de Pazos, será enterrada hoy miércoles en esta parroquia del municipio de Zas

09 nov 2022 . Actualizado a las 10:59 h.

Un día 8, el de febrero del 2016, falleció su hija, la cantante Paula Sueiro, en un accidente de tráfico ocurrido en A Agualada. Tenía solo 20 años. Otro 8, el de este martes de noviembre, la que moría era su madre, Belén Esperanza Rodríguez Maroñas, a los 50 años, víctima de una enfermedad que arrastraba hace tiempo. La fatalidad se ha cebado con esta familia, ya que el que fue su marido, José Manuel Sueiro, natural de Corme, también murió no hace mucho: fue en febrero del 2018, de forma repentina tras una indisposición, cuando paseaba por Lalín. La capital del Deza ha marcado la vida de estas tres personas ya desaparecidas, ya que José Manuel, veterinario, trabajaba en una empresa de esa localidad, y allí se crio Paula y Belén empezó en el mundo de la decoración de alta calidad, con un conocido comercio.

Pero ni la madre ni la hija dejaron nunca de lado su parroquia natal, San Cremenzo de Pazos, en Zas. Al contrario, su relación fue siempre constante. En su cementerio está enterrada la joven artista, y hoy miércoles (15.45 horas) lo estará su madre Belén en el mismo panteón, en la entrada del cementerio. Mientras, su cadáver se vela en el mismo lugar en el que lo hizo Paula, la casa nueva de Maroñas, un restaurante regentado hace ya tiempo por otros empresarios situado al borde de la carretera AC-552. El mismo lugar en el que amigos y familiares despidieron hace casi siete años a Paula. Belén nació en Casa Maroñas, en el centro de la localidad, que durante decenios fue un bar y ultramarinos, y donde se criaron ella y sus dos hermanos, Gaspar y Raquel. También la sobreviven sus padres, Alfredo y Maruja.

Belén tuvo también negocio de decoración en A Piroga (Bamiro) y en Carballo, pero lo dejó al no poder continuar debido a la enfermedad. Tenía casa en Malpica, pasó un tiempo en Buenos Aires, pero últimamente estaba en Lalín (que fue donde falleció) para poder seguir el tratamiento médico. Su muerte ha generado una enorme muestra de condolencias de infinidad de vecinos y amigos. Siempre fue alegre, decidida y enormemente apreciada en su entorno.

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