Míriam, la vaca de los 6.000 euros

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

ZAS

ADRIAN CUNDÍNS

Una novilla de una explotación de Vilar, en Zas, fue la más valorada en Curtis

20 mar 2019 . Actualizado a las 10:14 h.

La novilla Cundíns Míriam Hotline se vendió el domingo en Curtis, en la provincia coruñesa, por 6.000 euros. Fue en la tercera edición de la subasta de élite de ganado frisón organizada por Embrionmarket y patrocinada por el Concello. Míriam llegaba de Vilar, en Zas. De la explotación Cunordam, en la que trabaja Adrián Cundíns Ameijeiras, de 35 años, ingeniero agrónomo que tiene 200 cabezas de ganado, de las que 90 son vacas en producción. Y que lo debe hacer muy bien, porque justo la semana anterior otra de sus reses, la Cundíns Carolina, fue la más valorada en la puja de Santa Comba (y antes otra en Mazaricos), por la que pagaron 3.000 euros (otro animal suyo alcanzó los 2.600 euros). Tiene más mérito al saber que lleva poco tiempo (aunque la explotación tiene más de 15 años de selección y esfuerzo, de ahí los resultados), pero realiza selecciones a un nivel muy elevado.

Hay por lo menos dos aspectos que llaman la atención en el éxito de la novilla. Uno, el nombre: Cundíns Míriam Hotline FIV ET. El primero es evidente. El segundo es el que se le da a la vaca, como la Marela o la Careta de toda la vida.

El otro aspecto es el precio. No es habitual pagar 6.000 euros por una vaca. A quienes se han quedado en otros tiempos y les llama la atención el nombre, desde luego les perturbará saber que pagaron por ella un millón de pesetas, cuando en los buenos tiempos hacía fiesta en casa si un ternero culón dejaba 100.000 pesetas. Los tiempos son otros, e igualmente buenos para quien hace las cosas bien. Hoy, en las ventas se miran muchas cosas. Desde hace unos diez años, la genética es crucial. La matrícula con el ADN de la res que incluye todas sus características (fertilidad, tipo de leche, productividad...) es clave a la hora de venderla. Míriam arroja datos excelentes, de ahí su elevado precio, pagado por dos granjas de Rodeiro y Touro, con cláusula de prioridad para el centro Fontao a la hora de hacerse con sus descendientes machos y, por supuesto, el aprovechamiento de sus embriones. El genotipo ahora es clave, las muestras de laboratorio han traído modernidad y otro tipo de criterios. Aún está lejos de lo que ocurre en otras zonas de Europa, pero ya anda el camino. En todo caso, lo que no se ve es lo que más se mira.

Pero lo que se ve, la morfología, el fenotipo, lo de toda la vida, también se tiene en cuenta en estas pujas (la de Curtis es de las de élite) también se valora por los compradores: no todo va a ser microscopio. Y cuando la nota media de lo primero y de lo segundo sale muy alta, el dinero que se paga, también. Adrián, satisfecho, lo relativiza, y recuerda el que el año pasado alguna novilla llegó a los 10.000, y hace años, en determinadas ventas para centros de selección, incluso se alcanzó el doble. Más datos para el contexto: «Pode que teñas unha vaca moi boa, pero se cadra non hai quen cha compre», explica. La estructura actual en España aún hace complejo amortizar grandes inversiones.

Míriam, el DNI.  La novilla Míriam fue criada en Vilar (Zas). Hija de Hotline, americano. Incluye la denominación ET, que corresponde a procedente de trasplante embrionario. Y también FIV, que significa procedente de fecundación in vitro. Cundíns hace referencia a la granja y al dueño. Nada se escapa a las ventas modernas, que incluyen datos de laboratorio sobre todas las características, que cada granja valora en función de sus necesidades

A Míriam ahora le esperan dos o tres partos, tal vez cuatro. Y después, como a todas, el matadero. No es como antaño, cuando la mejores aguantaban hasta incluso los 20 años (las de carne, lógicamente). Sus nombres también eran más fáciles de aprender. Y la genética se calculaba a ojo.