Falleció en Madrid el dueño del Pazo de Daneiro: un semblanza de Manuel Varela Uña

Juan Ramón López Oviedo

ZAS

«(...) Recuerdo su especial y gustoso trabajo en hacer del lugar de Daneiro (en Zas), con visitas constantes desde Madrid, un modelo de explotación forestal y claro ejemplo de la productividad del monte gallego (...)»

14 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Discurría la década de los 60 por su ecuador y, finalizados mis estudios, ayudaba a mi padre en su gestoría, por la que pasaban clientes y amigos. A comienzos del verano no faltaba la visita de un matrimonio, para mí desconocido, recién llegado de Madrid para pasar sus vacaciones en Noia. Se acercaba a la oficina a saludar a mi padre con gran afecto. Me llamaba mucho la atención la educación y formas que ambos mostraban, la cara a la vez seria, pero risueña de él y la belleza y sonrisa atrayente de la señora que le acompañaba. Mi padre me hizo saber que se trataba de Manuel Varela Uña y su esposa Cruz, que pasaban los veranos con sus hijos en Quinta Hermosa o Huerta del Marqués y que ya su padre, Manuel Varela Radío en sus dilatadas vacaciones de verano en Noia, una vez jubilado, pegaba la hebra y paseos con mi abuelo Juan y otros amigos de Noia. Vi repetir este encuentro dos años, luego la vida me llevó por otros derroteros y dejé de ver el reencuentro y la visita anual de Manuel a mi padre. Visión que fue sustituida, pocos años después, por la imagen de su velero tradicional, el hermoso Gypsela, que fondeaba en O Freixo y cuya estampa a vela y su hermosa fasquía de madera nos impresionaba a los amantes del mar y embellecía nuestra ría.

[...] Fue el mar el que renovó los lazos amistosos adormecidos de Manuel Varela Uña, fallecido en Madrid el pasado 1 de febrero, a los 95 años. Así resurgió la vivificante posibilidad de gozar de aquella personalidad de Manuel Varela, dotado de un archivo privilegiado en su cabeza, de un agudo sentido del humor y retranca, y de infatigable diseño de «fantasías», como él llamaba a proyectos de viajes y navegaciones, que comandadas por él se realizaron puntualmente. Salir en su barco de Portosín, dar la vuelta a toda la Península en días de asueto, introducirlo en los canales de Francia por Marsella, atravesar este país, salir por Burdeos y regresar a Portosín en una circunvalación marítimo-fluvial de imperecedero recuerdo y como esa, «muchas otras fantasías» marítimas y terrestres, siempre con el fondo de su inquietud y ganas de ver todo y hacer todo lo posible, siempre bien organizado y diseñado y con su amena conversación, que para nosotros, amigos más jóvenes, eran lecciones de experiencia y sentido común, aún no a nuestro alcance.

Recuerdo su especial y gustoso trabajo en hacer del lugar de Daneiro (en Zas), con visitas constantes desde Madrid, un modelo de explotación forestal y claro ejemplo de la productividad del monte gallego, prestándose a todas las iniciativas de instituciones que querían experimentar con el prodigio de nuestro suelo. Así crecían entre las viejas carballeiras bosques de pinos de todas clases, de secuoyas, de castaños, de cerezos de madera, de ameneiros, bidueiros, roble americano, así hasta casi un centenar de especies forestales, marco de unos paseos maravillosos en su compañía [...].

Manuel Varela Uña viajó en innumerables ocasiones al pazo de Daneiro, en San Cremenzo de Pazos (Zas). Médico de prestigio, fue jefe de Ginecología del actual hospital Princesa de Madrid, y también secretario de Estado de Sanidad con el ministro Oliart, en el gobierno de UCD. Los vecinos aún recuerdan sus viajes en helicóptero al pazo, cuya explotación forestal es todo un ejemplo.