« A carballeira de Zas antes estaba chea de merendas»

SHEYLA BERMÚDEZ / X. A.

ZAS

ANA GARCIA

Balbina Reyes Bolón cuenta de qué manera se vivía el Carmen hace años

15 jul 2017 . Actualizado a las 15:06 h.

Las festas do Carme de Zas no siempre fueron como las conocemos hoy. Suavecito, Ciudad Cristal, Nebraska ... Son los nombres de algunas orquestas que actuarán este fin de semana en Zas. Sin embargo, las grandes protagonistas no siempre han sido las procesiones y las orquestas. Según comenta la gente de la zona, «o Carme cambiou moito».

Balbina Reyes Bolón (87 anos) echa mucho de menos «las meriendas». Relata que hace muchos años, en la carballeira de Zas, cuyo nombre dá lugar a la fiesta del primer domingo del mes de agosto, se reunía mucha gente para comer. «A carballeira antes estaba chea de merendas por todos os lados», recuerda Balbina. Había que ir temprano para poder coger sitio porque no se cogía. Tan solo se veía un estrecho camino y un río por la parte de abajo que endulzaba el paisaje. La gente se sentaba a la sombra de los carballos, comían, bebían, cantaban con las panderetas... «Facíase unha festa moi grande», añade Balbina. Había más comidas el día do Carme que el propio día de la Festa da Carballeira. Los señores iban con sus caballos a dicho lugar. Las mujeres, sentadas en el caballo, traían unas cestas enormes. Las llenaban de comida. «Chulas, pernil, pan, chourizos...» relata.

Balbina asegura: «Boto moito de menos as merendas. Sobre todo estar alí todos xuntos.Agora xa non se fan». Cuenta que ese día se quedaba en casa una sola persona para vigilar y por la noche llegaban los señores para cenar.

A parte de las comidas, había una procesión, según cuenta Balbina, que salía de la iglesia, iba hasta el consistorio y volvía. Ahora hacen la procesión alrededor del pueblo y ya no es tan sonada como antes. «A festa foi cambiando a peor porque xa non hai aquelas cousas. Antes estaba todo no mesmo sitio. Agora xa se espalla a xente. Os rapaces están nos curros facendo botellón, os coches están nun sitio, non ves tanta xente bailando... Antes íamos á festa ata que pasaba o Finisterre», recuerda.

Por último, explica que durante la novena antes del día de la fiesta se hace una misa a las 8 de la mañana y otra a las 8 de la tarde. No obstante, antaño, «un padre de Santiago ou de Madrid viña predicar aquí e viña xente de moitos lugares. Agora non vén tanta», rememora.

Un grupo de hombres, entre los que se encuentran Alfredo Gavín, Chito, Manolo Domínguez y Soto, comentan que las fiestas fueron cambiando con el tiempo. Hablan, al igual que Balbina, de las comidas. Allí pasaban el día entero rodeados de sus amigos y familiares a la vez que comían, bebían y jugaban por la carballeira. «Boto de menos o tempo. Agora é todo moi distinto», dice Gavín. La banda de música, las procesiones, las orquestas... Hay cosas que siguen igual. Sin embargo, echan de menos las reuniones familiares, las quedadas con amigos que duraban todo el día y, sobre todo, las meriendas. No hay una sola persona que haya asistido que no las mencione.

El tiempo pasa, las cosas avanzan y, al parecer, las fiestas evolucionan con él.