Guerra por el instituto de Baio

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

ZAS

Xosé Castro

En 1990, hace hoy 27 años, los antidisturbios acudieron a Zas para garantizar la celebración del pleno

14 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A las seis y media de la mañana todo Baio estaba en la plaza del Concello de Zas para evitar que se celebrara el pleno en el que se debía decidir si el que hoy es instituto Maximino Romero de Lema tenía que estar en Baio, donde se había propuesto inicialmente, o en Zas. Los que entonces tenían uso de razón recuerdan perfectamente ese día en el que los antidisturbios tuvieron que abrir paso a los concejales y hubo una huelga general y una concentración como no se recuerda. El alcalde Ramón Lois Ordóñez, fue capaz de maniobrar y logró devolver a la Xunta la patata caliente, aunque fue Fraga el que finalmente terminó con el conflicto haciendo cumplir el convenio firmado entre Educación y el Concello y que establecía que el nuevo centro educativo estaría en Baio.

En ese pleno, a propuesta del PP, había que establecer para qué localidad iría el centro. Fuera la que fuera la decisión, el gobierno local estaría en un aprieto enorme, por lo que Ramón Lois propuso que fuera la Xunta la responsable y, sorprendentemente, todos aceptaron, quizá asustados por la imponente movilización.

Mientras parte del pueblo se encadenaba bajo los soportales de la casa consistorial un grupo numeroso iba a San Caetano para entrevistarse con el conselleiro Permuy. Pillaron a la seguridad desprevenida y lograron entrar la mitad a primera hora de la mañana. Sobre las dos de la tarde apareció Fraga, pidió un portavoz y José Mira, que era el presidente de la asociación de padres se reunió con el presidente de la Xunta en su despacho. «Mirou o convenio e máis o decreto e dixo: ‘Este tema del instituto de Baio está solucionado, No se preocupa, váyase. Se hará cumplir el convenio’», recuerda José Mira. De vuelta, en Portomouro se encontraron los que regresaban con los que iban a pedir noticias, porque entonces no había móviles. «Cando chegamos a Baio saíu Fraga falando na televisión, dicindo que se faría o que xa estaba decidido», explica el que fue presidente de la asociación de padres. Para Pepe Mira contar con un centro de bachillerato en Zas era tan importante que confiesa que para garantizar que el proyecto salía adelante se presentó en las listas del PP y fue concejal. Recuerda que la solicitud para el colegio fue presentada «polos de Baio», pero que entonces no había división.

«A división durou moitos anos»

Para Ramón Lois, que vive ajeno al día a día de Zas el asunto está «olvidado». Reconoce que la rivalidad entre Zas y Baio existió siempre, pero a partir de ese momento «agrandouse».

El alcalde Manuel Muíño reconoce que «a división durou moitos anos» y señala que todavía hoy hay quien intenta meter cizaña para hacer una utilización política de las diferencias entre los vecinos de cada localidad. No es algo que le guste recordar. «É algo que está aí e hai que aprender do pasado e, como con todo, intentar facelo maior no presente», dijo Muíño Espasandín

Tanto el exregidor como el actual alcalde y el presidente de la asociación de padres entonces, José Mira, que fue después concejal del PP, hacen responsable del caso a Romay Beccaría. Ordóñez formaba parte del grupo de la CPG que había sido la clave de la moción de censura que dejó a José Manuel Romay sin la presidencia de la Diputación y este, según dice, intentó vengarse desestabilizando Zas para perjudicar a Ramón Lois Ordóñez, que dice de sí mismo que no fue nunca político, pero que dejó la actividad pública a raíz de ese suceso, sobre todo porque el ambiente se enrareció tanto que llegó a afectar a relaciones sociales, familiares y de amistad. De hecho, no va por Zas y apenas mantiene contactos.

El PP local, que fue el impulsor del cambio de ubicación, por propia voluntad o inspirado por alguien, sabía que el centro aprobado tenía la denominación de colegio homologado municipal de bachillerato y FP, por lo que el concello podía decidir su ubicación. Así se lo confirmaron a José Mira el conselleiro Permuy y el delegado Pérez Rivas. Para el que fue presidente de la ANPA, ya no hay herida, pero sí cicatriz.