Desbrozan la casa del arzobispo de Baio que iba a ser centro cultural

x. ameixeiras / s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

ZAS

Ana Garcia

El Concello de Zas ya renunció al proyecto porque dispone de las infraestructuras que necesitaba, y el nuevo párroco tiene la idea de destinar el inmueble a fines de la Iglesia

24 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los feligreses de Baio limpian y desbrozan la finca y casa en la que nació el 15 de noviembre de 1911 el que fue arzobispo en Roma Maximino Romero de Lema. Debajo de la maleza emergieron los restos de una buena casona que al prelado le hubiese gustado que tuviese destino social. Este, como otros bienes de la Iglesia, se quedaron sin uso, a veces por carencia de medios y otros por la falta de acuerdo con las instituciones civiles. Como el Concello de Malpica, que, según su alcalde, Eduardo Parga, negocia con párroco y arzobispado la cesión de un trozo de terreno para el acceso a la piscina que lleva un decenio cerrada, pero el entendimiento parece lejano.

Sí lo hubo entre la parroquia de Carballo y el Concello sobre el atrio de San Xoán. El espacio se convirtió en público y la obra abarcó no solo a la calle sino a un ámbito amplio del que ahora disfrutan todos los vecinos, usuarios del templo o no.

Por lo que respecta al viejo inmueble de Baio, el actual alcalde, Manuel Muíño, intentó en el 2008 que fuese cedido por el arzobispado para centro cultural, así como la entrega de los 2.000 volúmenes sobre el Camino de Santiago que poseía el otro obispo baiés, Uxío Romero, tal y como este había ofrecido en el acto público de la bendición de la fuente vecinal el 9 de octubre del 2005. Los libros tendrían como destino la biblioteca baiesa.

Salvo donación

Muíño Espasandín manifestó que ya no espera la cesión de la casa natal del arzobispo porque Baio ya tiene un centro cultural, a no ser que haya una donación gratuita. La idea del párroco, Francisco Gómez-Canoura, es otra. Comentó que son los propios feligreses los que llevan a cabo los trabajos, tanto en el viejo edificio como en la finca. La casa había sido tomada por la maleza, cuya retirada facilita que se puedan ver unos muros dotados de buena arquitectura. «En 20 años no se había hecho nada», dijo el sacerdote, por lo que ahora se trata de tomar las medidas de protección necesarias para evitar el deterioro del conjunto y asegurar las paredes con la idea de intervenir en el futuro. El propósito es reconstruir el tejado cuando sea posible y proceder al arreglo interior. El sacerdote argumenta que Baio ni siquiera tiene casa rectoral. Maximino Romero de Lema, que está enterrado en la nueva iglesia parroquial, donó en su momento la parcela del propio templo, así como su casa natal con la idea que tuviese fines sociales. Asimismo, aportó los terrenos para la construcción del instituto de enseñanzas secundarias que lleva su nombre.