«Culpabilizóusenos da situación de Vimianzo e nós aínda non sabemos que fallou»

C. Devesa CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Ana Garcia

Leticia López y Teresa Castro, médicas del centro de salud de la capital de Soneira, recuerdan aquel pico de contagios y cómo lo vivieron y viven

23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A mediados, de octubre Vimianzo experimentó un aumento de casos de covid que se tradujo en el cierre perimetral del municipio el día 30 de ese mes. No se libraron ni en el centro médico, en donde doce de los quince trabajadores dieron positivo. Los afectados fueron en todas las áreas: médicos enfermería administrativos, farmacia... Una de ellas fue Leticia López, madre de dos hijos, que por suerte no se contagiaron. «Sentimos mucha preocupación porque no encontramos dónde pudo estar el fallo para contagiarnos casi todos», apunta la doctora, que es compañera de Teresa Castro, una de las pocas personas del ambulatorio que se libró del virus. «Eu espertaba polas noites dándolle voltas a que puiden eu facer diferente dos meus compañeiros. Si atopamos algunha diferenza, como que eu, como vivo en Vimianzo, non uso os vestiarios, que son pequenos e mal ventilados, e eles si, pero polo demais, eu o que tiven foi máis sorte».

Salvo por ese detalle, el personal mantenía los mismos hábitos y cumplía con los protocolos. «Se comentó que nos contagiamos en la sala de descanso, pero no coincidimos en esa sala. Ojalá tuviésemos tiempo para estar más ahí. Además, solo estamos todos juntos cuando hay que hacer alguna reunión, con mascarilla y distancias. Es cierto que cuando se produjo el brote en el centro fue una semana de mucha afluencia de gente, ya que coincidió con la semana de vacunación de la gripe, y también se empezaron a dar muchos casos en Vimianzo. No sé si la carga viral influyó o el tema de los aerosoles. En esta enfermedad queda mucho por saber», apunta Leticia, que contagió a su marido. «Tuvimos fiebre y los síntomas típicos, pero por suerte él empezó una semana después que yo lo que ayudó para poder atender a los niños. Estuve de baja unos 20 días», explica.

Al pie del cañón se quedó Teresa junto al plantel de sustitución. «Eu vivín situacións desagradables, porque cada persoa canaliza o medo dunha forma diferente, entón houbo xente marabillosa, pero tamén quen chamaba dicindo cousas moi fortes. Comezouse a dicir que a xente toda se contaxiara aquí, pero cando lle preguntaba a algún en que baseaba esa idea, se o médico lle toseu encima, ou o atendera sen máscara, ou sen hixienizar os instrumentos, dicíache que non. Eu asumo que algo se tivo que facerse mal, pero de aí a que se nos bote a culpa de todos os casos do concello, non. Nós non creamos o covid no centro», apunta la médica. Todos quieren que se investigue lo ocurrido «porque tamén temos medo, eu teño familia e non os quero contaxiar», dice Teresa. «No sabemos si se ha hecho, pero a nosotras no nos ha llamado nadie. Las administraciones también deben a sumir su responsabilidad», señalan.