El covid-19 ha duplicado la demanda de ayuda a la Cruz Vermella local

Cristina Viu Gomila
cristina viu CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

BASILIO BELLO

Las agrupaciones atienden peticiones de gente que no estaba en sus listas

09 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tódolos días está vindo xente», dice Rebeca Veiga, presidenta de la Cruz Vermella de Vimianzo, y el caso es que se trata de personas que no figuraban entre las receptoras de ayuda por parte de la entidad benéfica. Es lo que sostiene Roberto Mallo, de la sede carballesa. El covid-19 y el parón de la economía que ha provocado están haciendo que se multipliquen las solicitudes de ayuda. Hasta el 13 de marzo, en la sede carballesa se habían recibido 36 peticiones nuevas, pero desde el estado de alarma hasta ahora ya van más de cien, con lo que se han triplicado las necesidades. Más lenta va la situación en Vimianzo. Arrancaron el año con unas 80 personas perceptoras de apoyo y están ahora en las 130.

Pero lo que más preocupa es que las cifras cambian todos los días y que la demanda aumenta a medida que van pasando las semanas.

La Cruz Vermella actúa en la zona en primera línea. «Nós non temos tantos trámites e colaboramos mentres non se reciben outras axudas institucionais», explica Roberto Mallo. Tanto él como su compañera Rebeca Veiga destacan la buena sintonía que existe con los servicios sociales de los ayuntamientos y con los propios concellos. La que realizan, dicen, es una labor conjunta en la que Cruz Vermella actúa para paliar la emergencia, pero no solo en materia de alimentos o productos sanitarios, sino también en lo que se refiere abono de facturas de servicios, de las que se están haciendo cargo las agrupaciones.

Desde la de Vimianzo sostienen que uno de los principales problemas en la comarca de Soneira es la cantidad de gente que depende de la economía sumergida o de trabajos esporádicos. También eran muchos los que dependían de empleos durante la Semana Santa.

«Había moito traballo temporal, moita economía sumerxida»

La agrupación de Vimianzo lleva también los concellos de Camariñas, Zas, Mazaricos y Santa Comba, además de la zona de Cee, con una docena de voluntarios, además de varios técnicos. La presidenta, Rebeca María Veiga, señala que uno de los motivos de la fuerte demanda que están notando se debe a que «había moito traballo temporal, moita economía sumerxida». En esa zona pasaron en apenas unos días de atender a unas 80 personas a superar las 130 y cuentan con que la cifra continúe aumentando. Se han tenido que adaptar a las nuevas circunstancias, cambiando programas que precisaban presencia por atención telefónica o telemática. Así lo han hecho con los niños que recibían apoyo educativo y también con personas mayores. Además, evidencian un repunte de los casos de maltrato. «Inflúe estar máis tempo na casa e a incertidume económica», dice Rebeca.

«Tivemos noticia de xente que pasou semanas sen saír a nada»

Roberto Mallo, de la agrupación de Carballo, destaca el apoyo telefónico a las personas mayores. Conocieron muchos casos con un muy escaso acceso a la información, que llega sobre todo por Internet y las redes sociales. Fue con ese contacto cuando «tivemos noticia de xente que pasou semanas sen saír a nada, botando man do que tiña no conxelador e todo por medo», explica. «Atopamos moitas persoas maiores súper asustadas e isa foi unha das principais preocupacións dos voluntarios», dijo Roberto Mallo.

Por lo que respecta a los alimentos, Cruz Vermella de Carballo echó mano en una primera fase de lo que tenían almacenado, que era bastante porque habían emprendido varias campañas de donación. Cuando se terminaron estos alimentos tramitaron tarjetas, que es un sistema más lento, pero que ha venido a paliar la atención más inmediata a las familias.