El colegio de Baíñas entero se niega a que le quiten a su bedel de siempre

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

VIMIANZO

ANA GARCIA

La comunidad educativa se moviliza para mantener al conserje que lleva desde 1990

26 sep 2019 . Actualizado a las 08:40 h.

José Manuel Caamaño es mucho más que el conserje del colegio de Baíñas desde su apertura en 1990. Goza del cariño y el reconocimiento unánime de toda la comunidad educativa: profesores, alumnos, padres, exalumnos, vecinos... que ahora han iniciado una campaña de recogida de firmas y de protesta para evitar que el mes que viene una cuestión administrativa lo deje sin trabajo en favor de una empresa de servicios contratada por el Concello de Vimianzo.

Incluso gente que ya no tiene que ver directamente con el colegio está recogiendo firmas y ayer mismo en el centro, los alumnos y sus maestros exhibieron una pancarta y toda la cartelería con mensajes de apoyo que han elaborado en los últimos días. «José Manuel non marchará ou o cole morrerá», «xuntos co noso conserxe» o «queremos ao noso conserxe», son algunos de los lemas pintados por los pequeños que, directamente, lo adoran.

En el claustro de profesores el cariño que le tienen no va a la zaga. María Rei Rico, que lleva 16 años en el colegio, pone dos ejemplos, aunque podría citar cientos: «Faleceu un compañeiro que viña todos os días dende Negreira e traía ao fillo. Á súa muller, que traballa no instituto de Vimianzo, non se lle axustaban os horarios, claro. Quen o levaba para a casa era el, coma un pai», cuenta la maestra. «Conseguimos un proxecto da consellería e unha das cousas que tiñamos que facer era un barco de pesca de baixura. Temía que non se me ía dar moi ben, porque non teño moita habilidade para iso, e el sabía que íamos pillados de tempo. O luns ao chegar tíñanos a maqueta rematada», añade.

Pero hay mucho más y lo dicen Rico, sus compañeros y muchos padres que, sobre todo a través del concejal de Baíñas Víctor Muíño, fueron varias veces al Concello para evitar que Caamaño pierda su trabajo y el colegio sus servicios. «Isto non é abrir e pechar unha porta. Fan falta unhas condicións afectivas e estar implicado. José Manuel é tan importante ou máis para os nenos que calquera mestre, unha persoa que fai familia, que é un exemplo para os nenos e para nós. Non entendemos a decisión, porque esta non é maneira de priorizar a escola rural de primar o bo facer dun veciño», señalan los docentes, que se declaran, al igual que los pequeños, verdaderamente disgustados, porque ven que el tiempo se agota y que el conserje tendrá que irse.

La alcaldesa Mónica Rodríguez explica que el profesional lleva 29 años en el centro y, como autónomo, vino todos estos años renovando la titularidad del servicio. Sin embargo, el pasado mes de marzo, transcurrido el último plazo de cuatro años, el servicio salió a licitación. Caamaño fue el mejor valorado entre las cuatro empresas aspirantes, pero la mesa de contratación interpretó que en su oferta técnica había desvelado datos la oferta económica, con lo que quedó excluido. Rodríguez no comparte esa decisión, pero dice que tampoco es quien para valorarla. Lo que sí sabe es que el gobierno local se encuentra ante un doble problema: la pérdida del puesto por parte de «un veciño que cumpre co seu traballo dunha maneira excelente, nunca deu o máis mínimo problema e do que solo oes falar marabillas» y un nuevo contrato, que el Concello tiene que cumplir con la empresa adjudicataria «que non cubre as necesidades horarias de apertura do pavillón polideportivo».

La alcaldesa entiende que había otras fórmulas, como incluir al bedel en la RPT y que fuese empleado municipal, pero «faltou vontade política», ahora se han topado con esta situación y las posibilidades se agotan. Intentó que hubiese un acuerdo entre el conserje y la empresa que ganó el concurso, pero no fue posible y mantuvo múltiples reuniones, que no parece que vayan a servir para posponer más lo inevitable. «Incluso os pais estaban dispostos a poñer unha cota para que seguise -que non é legal e non se pode facer-, pero dá unha idea do cariño que lle ten a xente en Baíñas e de como valoran o seu labor», concluye Rodríguez.

Aunque la situación resulte incomprensible en términos humanos y de calidad del servicio, todo apunta a que la burocracia lleva todas las de ganar respecto al sentir del colegio.