La Xunta devuelve los montes de Carantoña 51 años después

J. Fernández CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Canceló los consorcios de los prados de A Milleira y Gorreis

04 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pasaron 51 años desde que en aquellos dos vergonzosos plenos el Concello de Vimianzo de marzo de 1960 decidió arrebatarle los montes comunales de A Milleira (276 hectáreas) y Os Gorreis (53) a los vecinos de Carantoña y consorciarlos con Patrimonio Forestal del Estado. Ayer, el Concello de Vimianzo recibió una comunicación de la Consellería de Medio Rural por la que decide la extinción del consorcio.

Esta resolución es fruto de una larga lucha administrativa de vecinos y Concello. «Era obxectivo do alcalde, Manuel Antelo, a restitución da propiedade a través da fórmula de concesión de uso de dominio público para as persoas que se declaren propietarias poidan darlle uso ao monte reclamado», dice una nota del Ayuntamiento. Así es, el acuerdo entre las autoridades municipales y los vecinos afectados, y ahora solo falta que la Xunta dé su permiso definitivo. La extinción del consorcio era un paso previo imprescindible.

Apuntan desde el consistorio vimiancés que, de este modo, se resuelve un problema social desde los años 60, cuando «o Estado -afirman- ocupou os montes quitándollos á veciñanza ao abeiro das campañas de reforestación dos gobernos franquistas». Señalan, asimismo, que desde que Antelo está en la alcaldía el Concello siempre «estivo a carón dos propietarios», tanto con apoyo político como jurídico. El alcalde en funciones agradece a la Xunta que haya puesto fin a un problema «enquistado» que no tenía una solución sencilla.

Los vecinos y el Concello llevaron a cabo varias acciones, pero las que dieron lugar al procedimiento terminado ayer se inició en junio del 2007 con la petición de descatalogación de A Milleira por parte de Amparo Lema y otros siete lugareños mas. Y en diciembre del 2013 Jaime Castiñeira y 92 vecinos más de Braño reclamaron la recuperación de 33,05 hectáreas de Gorreis. A partir de ahí, vino un farragoso proceso administrativo que concluyó con la comunicación que la Xunta remitió ayer al Concello.