Juzgan a un vecino de Vimianzo de 87 años por abusos sexuales a su nieta durante 6 años

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Toni Longueira

La Fiscalía solicita para el sospechoso seis años de prisión

16 ene 2019 . Actualizado a las 17:55 h.

La Fiscalía sostiene que un vimiancés de 87 años realizó tocamientos y otros actos tipificados en el Código Penal como abusos sexuales a una nieta, cuando la joven tenía entre 5 y 11 años. Por estos hechos, el Ministerio Público solicita para el sospechoso seis años de prisión. La Audiencia Provincial acogió hoy el juicio, en el que, entre otras personas, declararon el único encausado y la supuesta víctima, que en la actualidad tiene 20 años, y que testificó detrás de un biombo.

El acusado negó de forma reiterada los hechos que le atribuyen la Fiscalía y la acusación particular. Dijo que habían sido una invención de la madre de la menor (nuera del encausado) porque pretendían quedarse con la casa en la que reside, en Vimianzo. Señaló que su hijo, con el que mantiene una mala relación, había retirado en su día de una cuenta corriente suya, en una sucursal de Abanca, «20.000 euros, máis outros 6.000 dunha oficina de Banesto». Cree que detrás de este litigio hay un interés económico: «Querían quitarme a casa, de feito, un día botáronme fóra dela e tiven que chamar á Garda Civil para poder entrar». Negó también haber llamado por teléfono a su hijo para reconocer que había perpetrado estos hechos, tal y como defienden las otras partes.

La joven relató una versión diferente a la de su abuelo paterno. Dijo que empezó a veranear con su familia en Vimianzo, «cuando tenía 5 años». Por aquel entonces residían en el extranjero y disfrutaban las temporadas estivales en Vimianzo porque la abuela paterna, esposa del encausado y ya fallecida, estaba enferma.

Primeros tocamientos

La supuesta víctima dijo que su abuelo empezó los tocamientos cuando tenía 5 años. Relató episodios vividos en el monte, en el garaje, en el gallinero, en la habitación del abuelo, dentro del coche del acusado... Recordó de forma especial un día: «Me encantaban los perros y un día mi abuelo me dijo de ir a dar un paseo con los perros por un monte cercano y que en un momento dado me dijo: ‘Suelta los perros’», momento en el que, según ella y entre sollozos, le realizó tocamientos muy íntimos.

No denunció los hechos porque su abuelo le decía que «era algo muy normal» y claro, con 5 años, «no era consciente de lo que estaba bien y mal». Estos episodios se fueron haciendo continuados y reiterativos en el tiempo y en varios puntos de la casa en Vimianzo y también en el interior del vehículo cuando este la llevaba a pasantía: «Era una carretara apartada. Apagó el coche, bloqueó las puertas...» y comenzó a abusar de ella. Los tocamientos se habrían sucedido durante seis años. La presunta víctima incluso llegó a relatar episodios en el baño de la casa de Vimianzo, lo que le obligó a colocar «un cordón de un zapato para evitar que su abuelo pudiera abrir la puerta del baño.

La denuncia se interpuso en torno a finales del 2013. La joven relató cómo se fraguó este litigio: «Había un chico que quería salir conmigo», pero lo había rechazado «porque no quería sufrir lo que había sufrido con mi abuelo». Pero sí le contó a este joven lo ocurrido entre los 5 y los 11 años para justificar su negativa a tener una relación sentimental con él. Inmediatamente, este amigo se lo comunicó al entorno de la familia. En concreto, a una antigua novia de un hermano de la joven, que decidió trasladar estos comentarios a los padres para interponer la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil. Según la presunta víctima, las secuelas de aquellos abusos continúan en la actualidad: «Tengo muy baja la autoestima, no confío en los hombres, sufro de ansiedad y tengo pesadillas», relató al juez.

Sin embargo, la defensa cree que hay contradicciones en el testimonio aportado por la joven en la Guardia Civil, en los informes psiquiátricos y en su declaración en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Corcubión. Por ejemplo, que la joven no recordó «de forma concreta» ni una sola carretera o monte donde, supuestamente, se llevaron a cabo estos abusos sexuales. También, que la supuesta víctima había declarado en el juzgado corcubionés en su día que «desde el 2009, cuando llegaron del extranjero, cesaron esos tocamientos», cuando hoy en la Audiencia Provincial dijo que estos presuntos abusos «fueron a menos» desde aquel 2009.