Vimianzo apuesta por visibilizar más su castillo con mínima intervención

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

VIMIANZO

BASILIO BELLO

La primera fase, valorada en 264.914 euros, está prevista para su ejecución inmediata

28 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Vimianzo hace mucho tiempo ya que definió el patrimonio y la gastronomía como los ejes fundamentales de su proyecto turístico en el que el castillo de los Moscoso, las Torres de Martelo, son la piedra angular, a la que ahora pretenden darle una nueva dimensión con un ambicioso proyecto en varias fases. La primera está ya lanzada, incluso con financiación, entorno a los 264.914 euros que es el proyecto de ejecución, y en manos de la Dirección Xeral de Patrimonio para que determine de manera definitiva que es lo que se puede hacer o no de lo previsto.

El alcalde, Manuel Antelo, aunque todavía no conoce el detalle del informe emitido por este departamento de la Consellería de Cultura, da por sentado que las pegas serán mínimas, porque ese es el espíritu de la intervención, el bajo impacto y la recuperación de elementos ya existentes con una finalidad clara: darle a la fortaleza una mayor preponderancia sobre el entorno, con mejores accesos, y ganar espacio para el esparcimiento público.

El Proxecto Básico de Acondicionamento Exterior dos Terreos que Rodean ó Castelo de Vimianzo, que es como se denomina técnicamente la intervención, corre a cargo de Oficina Galega de Proxectos Arquitectónicos y lo firma David Estany Garea, quien deja claro en el documento que las torres en sí no son el objeto de la intervención sino los terrenos y las edificaciones anexas. «Sen embargo, a mellora do seu entorno favorecerá a visión e disfrute por parte do pobo de Vimianzo e dos numerosos turistas que se achegan a el polo seu interese cultural e patrimonial», detalla el técnico, quien añade que «o río actual de Vimianzo tamén será posto en valor grazas á actuación que se pretende levar a cabo, pois actualmente o seu acceso é practicamente imposible e mediante parcelas que non son de titularidade pública».

El proyecto, aparte de delimitar las normas urbanísticas que le afectan a la actuación o definir cuestiones puramente técnicas, como la distintas formas de compactación de los materiales utilizados, también da algunas pinceladas históricas, que son conocidas pero a lo mejor no tan presentes para el gran público, como, por ejemplo, que el foso no está pensado para llenarlo de agua, como sí ocurre en otras muchas fortalezas popularizadas sobre todo a través del cine. Se trata «máis ben dun aproveitamento da topografía para entorpecer un hipotético ataque», ya que está formado a través de niveles descendentes que, obviamente, no son los más adecuados para retener agua.

Al margen de estas cuestiones más o menos anecdóticas, o del repaso por los distintos propietarios a través de la historia, desde los Mariño de Lobeira descendientes de los condes de Traba hasta la compra por parte de la Deputación en 1973, el proyecto describe de forma gráfica todo lo que se pretende llevar a cabo.

En esa actuación habría, básicamente dos frentes de acceso, uno frente al restaurante O Castillo, con una nueva pavimentación en hormigón, y otra frente a la calle que conduce al centro de salud, camino ya del Pazo de Trasariz por la carretera de Camariñas. Ahí es donde está la plataforma sobre el río y un muro de revestimiento vegetal, que da pie a la construcción de una pequeña área recreativa, parecida a la del costado norte, también junto al río. «Trátase de que a xente, se quere sentar para mirar para o castelo ou comer un bocadillo, teña onde», explica el alcalde que sintetiza el resto de la actuación y mejorar los caminos y que «haxa verde en vez de silvas». De hecho, de eso van muchas de las acciones: ajardinar, plantar frutales, limpiar viales...

El molino y el lavadero, aunque la idea inicial era que quedasen limpios pero en ruinas, todavía no está del todo decidido el tratamiento que pueden llevar. Lo que sí parece claro es la necesidad de limpiar el canal de piedra que conduce, o más bien conducía, el agua desde el río.

En definitiva se trata de que, cambiando muy poco el terreno y las construcciones existentes, la imagen del entorno dé un vuelco.