La asociación ve «futuro» ante la llegada de la gente joven
23 jul 2018 . Actualizado a las 21:45 h.«Penso que isto ten futuro, vendo como a xente nova vai entrando e se vai implicando», reflexionaba ayer Pablo Pereira, de la Asociación Cabalar e Cultural Monte Faro, justo al término de la Rapa das Bestas y a punto de anunciar el ganador del potrillo que sorteaban desde la organización.
En un Campo da Areosa bañado por el sol, aunque con una leve brisa que aliviaba la sensación térmica, ayer hombre y caballo fueron uno. O mujer, pues esta año fueron tres las aloitadoras que compartieron espacio con sus compañeros rapadores. Hubo cerca de una treintena de voluntarios que, tirando de fuerza y valentía, escenificaron esa eterna unión, esa eterna lucha de poder. «Todo saíu perfecto, a saír de boca», señalaba Pereira, quien apuntó también que este año hubo varios rapadores primerizos que pudieron disfrutar al máximo de la experiencia y que, sin duda, repetirán.
El peligro está ahí, se palpa en el ambiente y en los suspiros silenciosos de los asistentes, que aguardan impacientes media tarde para presenciar un espectáculo ancestral que, pese a las múltiples desapariciones anunciadas, tiene cuerda para largo. «Hai que seguir, hai que dar conta disto, pero creo que é posible grazas á xente de vinte e pico e trinta anos que se está iniciando», apuntaban desde la organización.
Este año, además de apostar por una completa jornada previa que caldea y prepara el ambiente de cara al día grande, incorporaron además una novedad respecto a ediciones anteriores: una pulpeira. «En canto a público foi unha edición excepcional, moita xente e moi boa resposta, e iso tendo en conta o cambio que fixemos ao traer a pulpeira. Estamos moi contentos», afirmaba ayer Pablo Pereira.
Una cita imprescindible en Soneira que se mueve, por encima de todo, por la pasión por los animales. Y es que, lejos de resultar violento, se torna en un espectáculo de singular belleza.