El dueño de la casa ilegal de Bamiro anuncia que la tira para no pagar multas y carga contra el Concello

La Voz CEE / LA VOZ

VIMIANZO

Ana Garcia

El motivo fundamental es que la modificación urbanística que podría ayudarle tardaría aún unos 17 meses y ello supondría una cuantiosa acumulación de sanciones

21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que lo dice, pero ayer, después de pagar en Santiago la primera multa de la APLU, Evaristo Blanco Blanco, el propietario de la casa ilegal de Bamiro, que tanta polémica ha generado en Vimianzo, parecía verdaderamente dispuesto a derribarla. El motivo fundamental es que la modificación urbanística que podría ayudarle, tardará todavía unos 17 meses -y eso si no hay otras denuncias por el medio-, según le dijeron en el Concello, y la APLU, como ya le adelantó a los grupos políticos y particularmente al alcalde, no puede parar así a la ligera un procedimiento administrativo que está en marcha.

Por tanto, y consciente de que la acumulación de sanciones le va a suponer una factura añadida de muchos de miles de euros, que sumar a los que ya lleva gastados, Blanco podría cumplir la amenaza y acabar con la vivienda del lugar de Ceán.

Pese a que las sanciones y todo el procedimiento son competencia de la Administración autonómica y que el Concello ha iniciado una modificación de las normas subsidiarias del planeamiento urbanístico que podrían llegar a salvar la casa, el vimiancés insiste en cargar contra el gobierno local y particularmente contra el regidor, Manuel Antelo. Ya no solo por su caso, porque entiende como un trato de favor y de falta de la misma diligencia que tuvieron con él, que la vivienda del vecino con el que lleva años cruzando denuncias, «tan ilegal ou máis que a miña», no sea objeto de las mismas actuaciones.

«Quero que a xente saiba a verdade, porque agora os veciños estanse poñendo na miña contra, e vou demostrar que este tipo vén a por min», afirma Blanco, que adjunta copias del expediente municipal al respecto. En el documento se refleja como el vecino, Raúl Suárez Mouzo, presentó denuncia el 13 de junio del 2007 y como la primera suya no llegó hasta el 1 de marzo del 2012. Sin embargo también recoge como el propio Suárez había sido ya objeto de otra denuncia, en este caso por parte de María de los Dolores Barreira Loureiro, en su condición entonces de presidenta de la Asociación de Veciños de San Mamed de Bamiro, a cuenta de la supuesta invasión de un camino vecinal con el cierre de un muro.

En definitiva, Blanco insiste en defender que la culpa -o que gran parte de ella- de que su casa ilegal acaba derribada la tiene el alcalde, por no actuar con mayor celeridad y diligencia en su favor, al tiempo que reitera que en el caso del vecino con el que mantiene la disputa no existe el mismo trato. De hecho, recalca que mientras su expediente sí fue remitido a la APLU, el de la otra casa, a solo unos metros de distancia, que está sin acabar y con la licencia caducada, está parado desde el 2016. Ni siquiera se explica como el vecino puede seguir viviendo en ella sin contar con la licencia de primera ocupación.

Suárez Mouzo, preguntado al respecto al inicio de toda esta polémica, aseguró sentirse perseguido desde hace años, pero no quiso entrar en más valoraciones.