«Seguirei vindo ata que sexa velliña»

Marta López CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Basilio Bello

Más de quinientas palilleiras se congregaron ayer en el pabellón de Vimianzo

05 nov 2017 . Actualizado a las 22:43 h.

Entrar ayer al pabellón polideportivo de Vimianzo era una gozada, era música para los oídos firmada por el repiqueteo de los bolillos de 550 palilleiras que se congregaban convocadas por la Asociación As Nemanquiñas en lo que fue la undécima edición de una Xuntanza que se supera cada año. «Non podemos máis que agradecer a todas a vosa asistencia, xa que sen vós esta cita non tería sentido algún», expresaba ayer Lourdes Lema, presidenta de As Nemanquiñas.

Como siempre, hubo representantes de todos los puntos de Galicia, pero también de localidades que exceden la comunidad. Es el caso de Teresa Corral que, junto con su marido, que también hace encaje, decidieron probar la experiencia, a la que califican de sobresaliente. «Repetiré seguro. Llevo toda la mañana escribiéndole a mis compañeras de palillo de allí de Salamanca. ‘¡Lo que os habéis perdido!, les he dicho». Confiesa que lo que más le sorprendió fue el clima de confraternización entre los asistentes: «El ambiente no podría ser mejor. Me acogieron aquí entre ellas como si fuera una más». Y añade Teresa: «El año que viene, si puedo, repetiré seguro».

Quienes vienen repitiendo año tras año son las alumnas de la Escola Municipal de Palillo. Siempre fieles a la artesanía más autóctona y guardianas de una tradición que, tras muchos años estancada en las mujeres de mayor edad, hoy en día es disfrutada por jóvenes de todas las edades y sexos. Natalia Torres, una niña de solo doce años que no solo palilla, sino que también hace cestería, moldea el barro y trabaja el lino, encabezaba una mesa plagada de juventud. Justo en frente se sentaba la joven de 17 años Andrea Pazos: «Agora mesmo estou facéndolle a puntilla a unha toalla que teñen meus pais colgada nun palanganeiro antigo», explica Andrea mientras sostiene una pieza que espera tener terminada para finales de año. «Ten bastante anchura e iso alonga o proceso». Pese a su corta edad, tiene más de diez años de experiencia en el complicado arte de los bolillos aunque para ella, dice, «non é tan difícil como parece».

Los años pasan, las manos que mueven los bolillos son cada vez más jóvenes y las técnicas se renuevan. La salmantina Teresa Corral que en los últimos años viene observando el reciclaje que ha sufrido el mundo del encaje. «Veo que antes se hacían más puntillas, sábanas o toallas y ahora tiene otro tipo de aplicaciones. Yo por ejemplo estoy haciendo una pieza de bisutería y en el pasado he hecho camisetas. Se está renovando». No solo se han manifestado cambios en la utilización, sino también en la técnica, ayer incluso se podían ver ingeniosos trucos ideados por las palilleiras: desde pequeñas lámparas led auto ajustables para no perderse ni un detalle, hasta flexibles cojines para estar cómodos a lo largo de toda la mañana antes de partir hacia el restaurante Pastoriza, donde tuvo lugar la multitudinaria comida de confraternización.

En clave institucional, el regidor, Manuel Antelo, y varios miembros de su corporación visitaron y saludaron a cada encajera, ofreciéndoles un pequeño obsequio en recuerdo a su participación. Les acompañó también Manuel Valeriano Alonso, alcalde de Camariñas, al que Antelo agradeció su presencia resaltando el gran valor patrimonial de la artesanía soneirana en general y camariñana en particular. Añadió el regidor vimiancés que la xuntanza no solo está planteada para ser un escaparate del buen hacer de las artesanas, «senón que esta cita ten que ser un altavoz para o emprendemento e para mellorar a nosa economía local».