El club que sorteaba «subir con una chica» retiró la oferta no por sexismo, sino porque no tenía tirón

Juan V. Lado CEE / LA VOZ

VIMIANZO

El alcalde de Vimianzo denuncia que «se se pode rifar unha muller é que se poden facer con ela outras cousas»

25 oct 2017 . Actualizado a las 07:51 h.

En el club PON-PON 2 de Vimianzo, según explica su propietaria desde el pasado 29 de septiembre, Sandra Aguirre, se percataron del revuelo social que podía provocar la rifa en la que se sorteaba «una subida con una chica», y que consideran exagerado, pero el motivo de anular el sorteo fue que «económicamente no traía nada». De hecho, Aguirre asegura que solo se repartieron algunos boletos entre clientes conocidos y «los talonarios desaparecieron». Por tanto, todavía quedado a nivel interno como una anécdota, hasta que salió a la luz la imagen de una de las rifas en cuestión, lo que desató una oleada de indignación encabezada por el Concello que ha anunciado distintas medidas y hoy mismo tiene previsto trasladar el caso a la Fiscalía. Ya lo puso en conocimiento de la Guardia Civil, y el alcalde, Manuel Antelo, está a la espera de actuaciones por parte del instituto armado para fundamentar mejor el escrito a remitir al ministerio público porque, «sen ser xurista, sorprenderíame moito que isto non fose delito, porque o fieto en sí é a evidencia dun machismo intolerable que posibilita outro máis duro. Cando unha muller se pode rifar é porque se poden facer con ela outras cousas. Convértese nun obxecto a usar despois de tomar os cubatas. É, cando menos, moi despectivo que te rifen e a ver se lle toca ao máis borracho. Cantos máis cubatas tomes máis posibilidades. Resulta algo completamente denigrante que non podemos tolerar».

A nivel municipales las actuaciones más directas pasarán por comprobar que en el local no se desarrollan actividades distintas a la de la licencia que tiene concedida desde hace ya decenios y que es de café cantante. Por tanto en caso de que se estén alquilando las habitaciones, a las mujeres que trabajan allí o a cualquier otra persona esa parte del establecimiento pude ser clausurada, por no contar con el título pertinente de hostal, pensión o similar.

Según aseguró la propia Aguirre, que defiende el buen trato y la absoluta libertad de acudir o no al local de las chicas, acaban de recibir una inspección de los servicios de extranjería «porque había supuestas informaciones de que aquí había menores, algo totalmente falso porque la chica más joven tiene 30 años». De ahí que la propietaria del negocio entienda que le están intentando causar daño de manera intencional, cuando solo lleva unas semanas al frente. De hecho, afirma que la imagen del boleto que tanto rechazo a generado, sobre todo por parte de colectivos feministas como Buserana, además del propio Ayuntamiento, en ningún momento se difundió a través de las redes sociales del club ni por medio de las personas que forman parte de él.

Numerosas voces reclaman ya que este asunto sirva para abrir un debate sobre la prostitución y conocer, de verdad, las condiciones en las que se encuentran las mujeres en este y otros clubes similares de la zona.