Además del resto de acciones programadas para ayer, dentro de las actividades para acercarse a la temática del proyecto, que se centra en la movilidad laboral y las relaciones humanadas que de ella se derivan, los miembros de la expedición vimiancesa tuvieron ocasión de visitar ayer un centro de acogida para refugiados menores de edad. Se trata de una realidad que los sicilianos, y concretamente los vecinos de Petrosino conocen bien porque conviven a diario con este drama, ya que a sus costas llegan constantemente personas escapando de las guerras de África y Oriente Medio, así como gentes que de lo que huyen es de la miseria o de persecuciones políticas y raciales.
Ahora, el proyecto sigue con un objetivo claro que es el de implantar en las instituciones el conocimiento adquirido durante los encuentros, sobre todo a efectos de mejorar la atención a las personas que emigran.
La próxima cita será en Eslovaquia y la última parada, en Vimianzo, municipio que encabeza la iniciativa, a principios del mes de octubre. Allí se celebrará el congreso final para compartir los resultados de los proyectos y poner en práctica las mejores iniciativas detectadas hasta la fecha.