«A veces siento vergüenza de la postura de Europa con Siria, no está haciendo nada»

Á. Palmou CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Sangre vimiancesa y siria corre por las venas de esta joven coruñesa que mañana se sumará a los actos de la Cruz Roja

14 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La denuncia que de las trágicas consecuencias de los conflictos armados está realizando estos días la Cruz Roja en la Casa da Cultura de Vimianzo a través de la exposición La humanidad en la guerra se verá reforzada mañana con una charla sobre el derecho de asilo y la crisis de los refugiados sirios y una pieza teatral que permitirá acercarse a ese drama a través del arte. Las encargadas de representarla serán Lía Pichel y la portavoz y coordinadora del Colectivo Suria, Nadia Hariri (A Coruña, 1984), hija de padre sirio y madre vimiancesa.

-¿Cómo surgió la idea de llevar al teatro el drama de la guerra de Siria y los refugiados?

-Surgió porque Cruz Roja se puso en contacto con el colectivo Suria y hablando sobre cómo podíamos concienciar mejor a la gente y trasladarles un poquito de lo que está ocurriendo, y moverlos por dentro, nos pareció que una buena idea era hacerlo a través del arte.

-¿Son compatibles las raíces sirias y gallegas o hay alguna fricción?

-Son raíces totalmente compatibles, es una riqueza porque así tienes el conocimiento de dos mundos. Yo siempre digo que la gente cree que los sirios son muy diferentes a la gente de aquí, pero no tanto. Esa es una de las cosas que también tratamos de hacer desde el colectivo, concienciar y acabar con el desconocimiento de la gente; explicarles quiénes son los sirios, cómo son, dónde viven, qué es Siria... y facilitar así la integración.

-¿Cómo vive desde aquí esa situación?

-Pues no con mucha distancia porque tanto mi marido como yo tenemos familia allí, así que lo vivimos con mucho dolor y a veces también con mucha vergüenza, no de ser europea, pero sí de la postura de Europa porque no está haciendo nada, está todo parado mientras hay mucha gente muriendo de frío. Es algo inhumano. No estamos hablando de gente que se quiere venir porque sí, no vienen a buscar el sueño europeo, sino que escapan de una guerra. Muchas veces me hierve la sangre porque nadie se mueve.

-¿No hemos estado a la altura de las circunstancias?

-A nivel ciudadano, creo que sí lo estamos; la gente está preocupada, sensibilizada y dispuesta a ayudar, pero en el ámbito de la política europea está todo muy parado y no hay ningún movimiento. Esto no es cuestión de hacer reuniones infinitas para ver qué hacemos o no, sino que hay que moverse ya porque es aquí y ahora cuando está ocurriendo; no hay tiempo.

-¿Ve una solución a corto plazo o es pesimista?

-No soy pesimista porque creo que el pueblo sirio es muy luchador, culto y en el que siempre han convivido distintas religiones. Yo creo en el pueblo sirio y sé que se puede conseguir. Aunque suene a tópico, todo el drama de los refugiados que están muriendo intentando llegar aquí se acabaría si parase la guerra, porque ellos no quieren irse de allí, ellos estaban felices en su tierra. Hablando con los refugiados te dicen: ?No hay nada como Siria; quiero volver?. Si parase la guerra, se acabarían todos los problemas y no se repetirían todas las imágenes que estamos viendo.

-Una imagen, precisamente, la del cuerpo del pequeño Aylan supuso un aldabonazo a las conciencias europeas, pero también suscitó críticas.

-A modo personal, podría decir que a mí ese tipo de imágenes me parecen innecesarias porque son muy fuertes. Pero lo cierto es que la guerra de Siria lleva casi 5 años y situaciones como de niños esas están ocurriendo día a día y por miles o centenares ahora mismo, así que soy consciente de que esa foto sirvió para que la gente comenzase a darse cuenta aquí de lo que estaba pasando. Lo que es cierto es que es una pena que tengamos que ver a un niño que se parece a nosotros para que reaccionemos.

-¿Qué se puede hacer para solucionar la situación de Siria?

-Yo no soy política, pero creo que hay que darle la oportunidad al propio pueblo sirio para que encuentre una solución, con el apoyo internacional por supuesto, pero que sean ellos los que decidan por sí mismos.