Un paseo por la ciudad encantada de la Costa da Morte

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

VIMIANZO

Dos veteranos divulgadores de los Penedos, Gándara y Lema.
Dos veteranos divulgadores de los Penedos, Gándara y Lema.

Trescientos senderistas caminaron entre esculturas naturales en los Penedos

13 abr 2015 . Actualizado a las 14:51 h.

Subir a los Penedos de Pasarela es acceder a un lugar encantado en el que los siglos, el viento y la lluvia fueron dejando un museo de esculturas naturales al aire libre. Como si en algún momento de los tiempos algo hubiese petrificado a seres antropoides y zoomorfos en una gran acrópolis que mira al Atlántico y a las tierras soneiranas.

Trescientas personas quisieron descubrir ayer los secretos de las viejas piedras con las Andainas, coñece a Costa da Morte. En este caso organizada por el Concello de Vimianzo, que tuvo a bien abrir senderos entre la selva de maleza para que los caminantes pudiesen admirar alguno de los tesoros de los Penedos, que ya en 1835 el Instituto Geológico y Minero de España los declaró como Formas Singulares en el primer mapa geológico de Galicia. Desde el 12 de enero del 2009 son Paisaxe Protexida, pero la única protección de la que disponen es la de los tojos que crecen imparables y la naturaleza salvaje.

Arrancó la subida junto al regato del río Vao. Allí llegaron expedicionarios de todas las edades procedentes de los concellos participantes: Vimianzo, Cee, Muxía, Camariñas, Ponteceso, Corcubión, Dumbría y Fisterra. Entre ellos Noa Casas, la más joven, solo cinco meses, su hermano Brais, de 4 años, y Daniela Mariño, también de 4. El vimiancés Gonzalo Santos, de 78, fue el más veterano que subió a la Pena Forcada, a más de 240 metros, en la frontera entre Vimianzo y Laxe.

Los caminantes pronto se sintieron atraídos por el embrujo de las rocas esculpidas. Muchos ya pararon en A Eira, una gran planicie granítica en la que se hicieron las primeras fotos con la Torre da Moa al fondo. En el Pinchón das Gallas les esperaba una tortuga gigante, encima de una enorme composición triangular.