El futuro de la aldea está en el conocimiento local, la formación y las nuevas tecnologías

Xosé Ameixeiras
A. Lavandeira CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

BASILIO BELLO

ALDEAS SINGULARES | FESTILETRAS | Políticos, técnicos, especialistas y líderes de entidades locales debatieron en O Couto sobre el desarrollo rural

07 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Las aldeas son como el oro. Son un valor de refugio en momentos de crisis. Algo que, de una forma o de otra, vino a ratificar el director xeral de Familia, Infancia e Dinamización Demográfica, Jacobo Rey Sastre, en el encuentro de Aldeas Singulares celebrado el sábado en la Fundación Pondal de Ponteceso con ocasión de las Festiletras. En el encuentro participaron políticos, técnicos, especialistas en desarrollo rural y representantes de núcleos rurales que llevan a cabo proyectos exitosos. La conclusión unánime a la que llegaron es que el conocimiento local, las nuevas tecnologías y la formación adecuada son básicas para la recuperación de las aldeas.

El alcalde, Lois García Carballido, dio la bienvenida y alentó a los presentes a formular soluciones para el mundo rural, donde, según Jacobo Rey Sastre, a raíz de la pandemia del covid, se ha producido un cambio de tendencia en la dinámica demográfica al ponerse en valor la calidad de vida de los espacios apartados de las áreas urbanas. Sin embargo, son muchos los retos que se plantean a la hora de recuperar la vida económica y social, el medio y el entorno aldeano. Germán Gutiérrez y José Luis Villaverde, llegaron desde el occidente de Asturias, del pueblo de Porrúa, para contar su experiencia. Son 400 habitantes, situados entre la costa y los Picos de Europa, con vocación ganadera, con más de 1.100 cabezas. Lograron desarrollar 230 plazas turísticas. El secreto está en la organización y en el histórico concejo público. A raíz de una donación en 1993 de una finca con dos casas, otros inmuebles y un árbol mítico pusieron en marcha la asociación cultural Llacín, que, entre otras iniciativas, promovió la creación de una escuela de musica tradicional con 200 alumnos, de la que derivó una banda de gaitas, un mercado tradicional de gran éxito y el Museo Etnográfico Oriente de Asturias. Además hicieron una fundación con propósitos más académicos y científicos. A partir de ahí trabajan en el proyecto pueblo cultural de Europa.

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Miguel Queiro, de Calo Rural, en Vimianzo, explicó que su parroquia, de 500 habitantes y seis núcleos, tiene grandes recursos para atraer turistas rurales, pues funcionan nueve casas y hay dos más previstas. Esta localidad, que goza de buena conservación, ha sido objeto de un estudio de la Universidad de A Coruña. Llevan a cabo diversas iniciativas culturales, ofrecen productos locales, hacen rutas nocturnas y llevan música al medio campesino. Sin embargo, se lamentó que las obras públicas que se promueven, como la ampliación de la autovía, no se adapten al medio o no sean rechazados de plano proyectos eólicos en espacios protegidos como los Penedos.

Jaime Izquierdo Vallina, comisionado para el Reto Demográfico en Asturias, apuntó que para el desarrollo económico de las aldeas sin que estas pierdan su esencia exige conocimiento local, cultura del territorio, un sistema agroecológico local, autonomía alimentaria, custodia del territorio y servicios ecosistémicos, por un lado, y nuevas tecnologías, infraestructuras, acceso a Internet, servicios, comunidad vecinal organizada, por otro. Además de ello, autonomía energética, sistemas locales de empresas y comunidad intergeneracional. Luis García, de Fonteboa, añadió la formación de alumnos con proyecto, como necesidad.

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El auge de los polígonos agroforestales

Alejandro Sánchez de Dios, subdirector de Mobilidade de Terras, aportó como solución el proyecto de las aldeas modelo, la ordenación de usos y la lucha contra el abandono, que desembocó en los polígonos agroforestales y la recuperación de tierras. La estrategia es intervenir «en todo, menos na aldea», para no convertirla en parque temático. Lo primero es recuperar el contorno, y una vez útil, hacerlo atractivo para potenciarlo con proyectos económicos. Es fundamental recuperar el orgullo de pertenencia. Hay ahora 70 propuestas de aldea modelo, que han de desembocar en un proyecto ordinario de producción, financiado al 100 % por la Administración. Se valora pertenecer a la aldea, la producción ecológica, la sostenibilidad y la incorporación de jóvenes. Este fue uno de los argumentos de Domingos Daniel Canosa, de la Sofor Monte de Vilar (Olveiroa-Dumbría), quien indicó que es imprescindible que se quede en el rural gente de poca edad y bien formada, que las leyes puedan llegar «aos paisanos» y que se establezca protección para proyectos forestales ante la proliferación de eólicos y líneas eléctricas.

La comarca de Bergantiños ganó 500 habitantes tras la pandemia

Jacobo Rey Sastre explicó que, tras la pandemia, «centos de persoas volveron ao rural». Todas las comarcas de Galicia tuvieron un saldo migratorio positivo. De hecho, según dijo, Bergantiños ganó 500 habitantes tras la crisis sanitaria del covid. En las ciudades, el saldo migratorio se redujo. «Xente das cidades está volvendo ás aldeas», reiteró.

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No obstante, apuntó que no se hace un favor idealizando el mundo rural, pero sí poniéndolo en valor. Lo que sí se necesita es crear empleo en estas áreas, que la gente viva en el rural y del rural, una buena dotación de servicios y facilitar el teletrabajo. Luis García, de Fonteboa, añadió que es necesaria la formación al servicio del desarrollo de los territorios: «Hay que enamorar un poco. Formar para quedarte mejor».