Con los 80 años ya cumplidos, «y me encuentro muy bien», está convencido de que a tenor de esas «bastantes páginas» que tiene escrito, lo importante a la hora de narrar historias es, primero, que te gusten. Después, sumarle una percepción especial, una «capacidad de observación de la gente»: «Lo que diferencia a un novelista es que ve detalles que otros no ven, y después es capaz de plasmarlos en sus libros». Más de 1.500 atesora él, todos leídos, una pasión que sigue cultivando: «Me levanto bastante temprano, voy a comprar el periódico, leo mucho». «Lo que pasa es que cuando eres mayor te das cuenta de que, aun sabiendo mucho, por haber leído mucho y porque en mi caso tengo muy buena memoria, la gente igual no te pregunta porque piensa ‘ese es un viejo’», ríe. «Me encanta charlar», confiesa. También cree que cada uno «ha de seguir su camino». Así es la vida. Algunas de las personas que él recuerda de sus tiempos jóvenes en Ponteceso ya se han ido y los que tienen de 50 para abajo «ya no te conocen, quizás sí como escritor». Sigue la actualidad gallega, es suscriptor de La Voz: «Como dicen ahí, sí, estoy muy vencellado».
De la pandemia al conflicto catalán, los últimos años dan para mucho: «¿Sobre la situación política de aquí? Lo veo muy difícil, es una situación un poco de tebeo». Se siente en este sentido «decepcionado» y cree en el movimiento «no hay base». Ve detrás de él, no al pueblo, sino «a la eterna burguesía catalana». «Y conste que no soy un personaje de la extrema derecha, estoy bastante alejado de eso», matiza. El gobierno de Galicia, «dentro de lo que es el PP, que no me gusta», le parece «aceptable». Pet Posse no tiene miedo a mojarse, ni en la actualidad, ni en el mar de su tierra, que como ya dijo en otra visita anterior a Ponteceso, prefiere a la montaña: «El mar te habla».