Ponteceso: de la cultura a las playas y a la gastronomía

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

O Roncudo, en Corme
O Roncudo, en Corme BASILIO BELLO

ESPECIAL TURISMO EN LA COSTA DA MORTE | Los autocaravanistas tiene en este municipio, además, una visita obligada

21 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En pleno el corazón de Bergantiños se alza Ponteceso, un municipio costero donde el río Anllóns y el mar se fusionan formando una espectacular barra de arena, con el mítico Monte Branco como testigo de esa unión. Ponteceso reúne todo lo que uno puede desear: espectaculares playas (tres de ellas con bandera azul: A Ermida, Balarés y O Osmo), cultura (Fundación y Casa de Eduardo Pondal, Museo Etnolúdico de Galicia y Museo de Arte Contemporáneo Corme), una rica y variada gastronomía, deporte, ocio...

Y por si fuera poco, los amantes del turismo de autocaravana tienen dos motivos más que suficientes para hacer parada en estas tierras de Pondal: dos áreas de servicio: una en la entrada de Ponteceso, y la otra, con capacidad para dar servicio a siete vehículos a la vez, en As Forcadas, en los accesos a Corme, una de las más grandes de Galicia.

No te pierdas

Museo Etnolúdico. Más de 4.000 juguetes componen la colección de Ricardo Pérez y Verdes. Se organizan actividades y visitas guiadas.

Ornitología. El estuario del Anllóns es zona de especial protección para las aves y también donde se ubica el observatorio.

J. M. CASAL

El secreto

En la parroquia de Anllóns se ubica a Casa do Demo, en la que entre 1899 y 1900 se registraron las primeras apariciones documentadas en España. Juliana Rodríguez, y su nieta, María Cundíns, precisaron de ayuda de los vecinos y la mediación de la Iglesia, a través de párroco de San Félix do Anllóns, Juan Antonio Combarro, para poder librarse de estos fenómenos paranormales.

La leyenda

«En la cima del monte Ardal, en Corme, conocido por Bico da Casavella, vivió una moura vella, que se acicalaba el cabello con un peine de oro. Una dama encantada que tras su rostro arrugado y canas se ocultaba una bella doncella».