Javier Couto: «Temos os ríos moi esquecidos, e son un recurso turístico moi importante»

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

BASILIO BELLO

Turismo a toda costa | Javier Couto Castro trabaja para el Concello de Ponteceso, y lleva desde los años 90 organizando todo tipo de actividades para la población local, pero cada vez más para los visitantes

17 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco Javier Couto Castro lleva casi toda su vida profesional, desde los años 90, trabajando para el Concello de Ponteceso. Es el técnico de dinamización turística, pero antes ya estuvo en otras áreas, como las de cultura, deporte, medio ambiente o juventud. Tal vez por esa visión tan global del trabajo, y desde tan pronto, sobre todo en años en los que el turismo todavía no se cuidaba tanto como ahora en la Costa da Morte, tiene una visión más amplia de lo que se le puede ofrecer a los visitantes.

Recuerda precisamente que en aquellos noventa, hace más de dos decenios, lo que hacían sobre todo era promocionar el senderismo, y más tarde las marchas nocturnas. Y, siempre, se centró en el río Anllóns: «Ten moita vida. Eu sempre digo que é o noso río. É moi moi importante. Pasa por cinco concellos de Bergantiños. Dános a auga de beber, é o lugar para a pesca, para facer rutas e pasear, para navegar por el en kaiak... ten moita diversidade, é un tesouro medioambiental». Ahora es relativamente normal recorrer sus riberas, pero al principio había mucho que preparar y desbrozar para que otros siguiesen aquellos caminos.

Couto, que además de divulgar practica con el ejemplo y se recorre todo lo que puede por Galicia, asegura que los ríos, no solo el Anllóns, son focos de mucha vida, ideales para un turismo familiar, con la sombra y la aventura necesaria. Por supuesto, no se refiere solo al más importante de Bergantiños. «Temos os ríos moi esquecidos, e son un recurso turístico moi importante. Por sorte, cada vez vén máis xente, máis grupos. Pasan días enteiros, gozan, hai un retorno económico.... Eu sempre digo que a esta xente había que poñerlle unha alfombra, mira que hai sitios polo mundo aos que ir e eles veñen a ver o noso». Claro, no de todas partes. Las riquezas de la Costa da Morte se conocen sobre todo hasta a Coruña o Santiago, y después, ya menos. Eso pasa con casi todas las comarcas. Quienes aprovechan estas opciones no se quedan solo en la contemplación visual, porque hay también una educación ambiental. «E hai un recurso que se pode aproveitar plenamente dende marzo ata o outono, case todo o ano», dice. Y no se precisan grandes esfuerzos para su aprovechamiento. «Non hai que pedir autoestradas de cemento, chegan pasarelas de madeira para andar por eles». Los recomienda sobre todo para los niños. «En todas partes hai un cauce, e moitos nenos aínda non os coñecen». Eso sí, aboga por que estén limpios, con zonas bien adecuadas, como si fuera la casa propia a la hora de recibir una visita. Añade que lo que dice no es nada nuevo. Que eso mismo pregonaban Pondal, Curros o Rosalía sobre el valor de la naturaleza de Galicia. Y apuesta por lo básico. Le parecen bien iniciativas como el Camiño dos Faros, «porque trae xente», pero sin olvidar lo que ya existe. «Temos que coidar do noso. E, sobre todo, da mocidade, o presente». Para concienciarlos, para que aprendan a descubrir los valores de la propia comarca y de otras que visiten. Solo así, indica Javier, se lo irán inculcando a los hijos, algo que él ya ve precisamente en aquellos con los que hizo actividades hace más de veinte años, y son ahora los que pasean a sus pequeños. Pide, además, que allí donde uno vaya, o ya en la propia casa, atienda a los mayores, sus historias. «Escoitar aos maiores é un privilexio inmenso. E eles tamén valoran moito que se lles escoite».

A la hora de moverse por Galicia, Javier tiene muchos lugares de referencia. En Barbanza, por ejemplo, se queda con las pozas del río Pedras, en A Pobra. O el mirador de A Ra, en Ribeira; o las sendas verdes de esta comarca. O la Boca do Río, en Carnota, además de Corrubedo, por citar algunos de los lugares que le gustan y recomiendan. En Ponteceso se queda, entre otros, con el malecón de O Couto, o más propiamente de la parroquia de Cospindo. Y aboga por intercambiar destinos. Por que los vecinos de una comarca conozcan las de al lado o más allá, preparando siempre los destinos.